Miércoles después de la Epifanía del Señor
«¡Ánimo, soy yo! ¡No tengan miedo!«
📖 Primera Lectura: Epístola I de San Juan 4,11-18
Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
Nadie ha visto nunca a Dios: si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros.
La señal de que permanecemos en él y él permanece en nosotros, es que nos ha comunicado su Espíritu.
Y nosotros hemos visto y atestiguamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.
El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios, y Dios permanece en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él.
La señal de que el amor ha llegado a su plenitud en nosotros, está en que tenemos plena confianza ante el día del Juicio, porque ya en este mundo somos semejantes a él.
En el amor no hay lugar para el temor: al contrario, el amor perfecto elimina el temor, porque el temor supone un castigo, y el que teme no ha llegado a la plenitud del amor.
📖 Salmo: 71, 2. 10-11. 12-13
Comunica, Señor, al rey tu juicio
y tu justicia, al que es hijo de reyes,
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres
y regirá a tu pueblo justamente.
Los reyes de occidente y de las islas
le ofrecerán sus dones.
Ante él se postrarán todos los reyes
y todas las naciones.
Al débil librará del poderoso
y ayudará al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado.
📖 Evangelio según Marcos 6, 45-52
45 Poco después, Jesús ordenó a los discípulos que se subieran a la barca y se fueran a la aldea de Betsaida en el otro lado del lago mientras despedía a la gente. 46 Después de despedirse de los discípulos, Jesús subió a una montaña para rezar allí. 47 Cuando llegó la noche, la barca estaba en medio del lago, y Jesús estaba solo en tierra. 48 Vio que los discípulos remaban con fatiga porque el viento soplaba contra ellos y, en la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua, ya que quería pasar delante de ellos.
49 Cuando lo vieron caminando sobre el agua, los discípulos pensaron que era un fantasma y comenzaron a gritar. 50 Todos estaban aterrorizados de lo que vieron. Pero inmediatamente Jesús les habló, diciendo: “¡Ánimo, soy yo! ¡No tengan miedo!”
51 Luego se metió en la barca con ellos y el viento se calmó. Los discípulos estaban completamente atemorizados. 52 Porque sus mentes estaban cerradas, y no habían entendido el milagro de los panes.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇 Palabra del Señor