Martes IV Semana de Pascua
«Dan testimonio de mí»
📘 Primera Lectura: Libro de los Hechos de los Apóstoles 11, 19-26
Los que se habían dispersado durante la persecución que se desató a causa de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, y anunciaban la Palabra únicamente a los judíos.
Sin embargo, había entre ellos algunos hombres originarios de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, también anunciaron a los paganos la Buena Noticia del Señor Jesús.
La mano del Señor los acompañaba y muchos creyeron y se convirtieron.
Al enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía.
Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con un corazón firme.
Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Y una gran multitud adhirió al Señor.
Entonces partió hacia Tarso en busca de Saulo,
y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a mucha gente. Y fue en Antioquía, donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de «cristianos».
📗 Salmo 87(86), 1-3.4-5.6-7
¡Esta es la ciudad que fundó el Señor
sobre las santas Montañas!
El ama las puertas de Sión
más que a todas las moradas de Jacob.
Cosas admirables se dicen de ti,
Ciudad de Dios.
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre aquellos que me conocen;
filisteos, tirios y etíopes han nacido en ella.»
Así se hablará de Sión:
«Este, y también aquél,
han nacido en ella,
y el Altísimo en persona la ha fundado.»
Al registrar a los pueblos, el Señor escribirá:
«Este ha nacido en ella.»
Y todos cantarán, mientras danzan:
«Todas mis fuentes de vida están en ti.»
📖 Evangelio según San Juan 10,22-30
22 Era invierno, y en Jerusalén se celebraba la fiesta de la dedicación del Templo. 23 Jesús estaba caminando por el patio del Templo, cerca del Pórtico de Salomón. 24 Entonces los judíos se reunieron a su alrededor y le preguntaron: “¿Hasta cuándo nos tendrás en la duda? Dínos francamente si tú eres el Mesías”.
25 Jesús les contestó: “Ya se los he dicho, pero ustedes no lo creen. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí, 26 pero ustedes no creen porque no son mis ovejas, como se los he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz y Yo las conozco y ellas me siguen, porque 28 Yo les doy vida eterna, para que nunca mueran, y nadie las arrancará de mi mano. 29 Mi Padre que me las ha dado, es mayor que todos, y nadie puede arrancarlas de la mano de mi Padre. 30 El Padre y Yo somos uno”.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR