Sábado XXIX Semana del Tiempo Ordinario
«Señor, deja que la higuera se quede más tiempo este año»
📘 Primera Lectura: Romanos 8, 1-11
Porque la ley del Espíritu, que da la Vida, me libró, en Cristo Jesús, de la ley del pecado y de la muerte.
Lo que no podía hacer la Ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios lo hizo, enviando a su propio Hijo, en una carne semejante a la del pecado, y como víctima por el pecado. Así él condenó el pecado en la carne,
para que la justicia de la Ley se cumpliera en nosotros, que ya no vivimos conforme a la carne sino al espíritu.
En efecto, los que viven según la carne desean lo que es carnal; en cambio, los que viven según el espíritu, desean lo que es espiritual.
Ahora bien, los deseos de la carne conducen a la muerte, pero los deseos del espíritu conducen a la vida y a la paz,
porque los deseos de la carne se oponen a Dios, ya que no se someten a su Ley, ni pueden hacerlo.
Por eso, los que viven de acuerdo con la carne no pueden agradar a Dios.
Pero ustedes no están animados por la carne sino por el espíritu, dado que el Espíritu de Dios habita en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo no puede ser de Cristo.
Pero si Cristo vive en ustedes, aunque el cuerpo esté sometido a la muerte a causa del pecado, el espíritu vive a causa de la justicia.
Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús habita en ustedes, el que resucitó a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales, por medio del mismo Espíritu que habita en ustedes.
📗 Salmo: 24(23), 1-2.3-4ab.5-6
el mundo y todos sus habitantes,
porque El la fundó sobre los mares,
Él la afirmó sobre las corrientes del océano. ¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor
y permanecer en su recinto sagrado?
El que tiene las manos limpias
y puro el corazón; él recibirá la bendición del Señor,
la recompensa de Dios, su Salvador.
Así son los que buscan al Señor,
los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.
📖 Evangelio según San Lucas 13, 1-9
1 En ese mismo tiempo, algunas personas estaban presentes y comenzaron a comentar con Jesús sobre cómo Pilato había matado a varios galileos, en el momento en que ofrecían sus sacrificios a Dios. 2 Jesús, respondiendo, les dijo:
“¿Piensan que si esos galileos fueron asesinados así es porque pecaron más que todos los galileos? 3 ¡Les digo que no! Más bien, si ustedes no se arrepienten de sus pecados, todos morirán como ellos. 4 Recuerden a aquellos dieciocho que fueron asesinados cuando la torre de Siloé cayó sobre ellos. ¿Piensan que fueron peores que los otros que vivieron en Jerusalén? 5 ¡Les digo que no! Más bien, si ustedes no se arrepienten de sus pecados, todos morirán como ellos”.
6 Entonces Jesús contó esta parábola:
“Cierto hombre tenía una higuera en su plantación de uvas, y cuando fue a buscar higos, no encontró ninguno. 7 Luego le dijo al hombre que estaba a cargo de la plantación: “¡Mira! ya han pasado tres años seguidos que he venido buscando higos de esta higuera y no encuentro ninguno. Por eso, ¡corta esta higuera! ¿Por qué dejar que continúe ocupando espacio y nutrientes de la tierra sin producir nada? 8 Pero él respondió: “Señor, deja que la higuera se quede más tiempo este año ya que voy a cavar alrededor de ella y voy a ponerle fertilizante. 9 Si el año que viene produce fruto, bien, pero si no, la cortarás”.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor


