Sábado XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
«Dios es Dios de los vivos y no de los muertos»
📘 Primera Lectura: Apocalipsis 11, 4-12
Si alguien quiere hacerles daño, saldrá un fuego de su boca que consumirá a sus enemigos: así perecerá el que se atreva a dañarlos.
Ellos tienen el poder de cerrar el cielo para impedir que llueva durante los días de su misión profética; y también, tienen poder para cambiar las aguas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plagas, todas las veces que quieran.
Y cuando hayan acabado de dar testimonio, la Bestia que surge del Abismo les hará la guerra, los vencerá y los matará.
Sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran Ciudad -llamada simbólicamente Sodoma y también Egipto- allí mismo donde el Señor fue crucificado.
Estarán expuestos durante tres días y medio, a la vista de gente de todos los pueblos, familias, lenguas y naciones, y no se permitirá enterrarlos.
Los habitantes de la tierra se alegrarán y harán fiesta, y se intercambiarán regalos, porque estos dos profetas los habían atormentado».
Pero después de estos tres días y medio, un soplo de vida de Dios entró en ellos y los hizo poner de pie, y un gran temor se apoderó de los espectadores.
Entonces escucharon una voz potente que les decía desde el cielo: «Suban aquí». Y ellos subieron al cielo en la nube, a la vista de sus enemigos.
📗Salmo 144(143), 1.2.9-10
el que adiestra mis brazos para el combate
y mis manos para la lucha. El es mi bienhechor y mi fortaleza,
mi baluarte y mi libertador;
él es el escudo con que me resguardo,
y el que somete los pueblos a mis pies. Dios mío, yo quiero cantarte un canto nuevo
y tocar para ti con el arpa de diez cuerdas,
porque tú das la victoria a los reyes
y libras a David, tu servidor.
📖 Evangelio según San Lucas 20, 27-40
27 Algunos saduceos, que niegan la resurrección, se acercaron a Jesús 28 y le dijeron:
“Maestro, Moisés nos escribió la siguiente ley: ‘Si un hombre muere y deja a su esposa sin hijos, su hermano debe casarse con la viuda, para tener hijos, que serán considerados hijos del hermano que murió’ (Deut 25:5). 29 Resulta que había siete hermanos. El mayor se casó y murió sin dejar hijos. 30 lo mismo sucedió con el segundo quien se casó con la viuda, 31 y luego con el tercero. Ocurrió lo mismo con los siete hermanos, es decir, todos murieron sin dejar hijos. 32 Por último la mujer también murió. 33 Por tanto, en el día de la resurrección, ¿de cuál de los siete será esposa esta mujer? ¡Porque todos se casaron con ella!”
34 Jesús les respondió, diciendo:
“En esta vida, las personas de este mundo se casan y se dan en casamiento; 35 pero las personas que son tenidas dignas de alcanzar el mundo futuro y la resurrección de los muertos no se casan ni se dan en casamiento, 36 porque serán como ángeles y no podrán morir. Serán hijos de Dios porque serán hijos de la resurrección. 37 Moisés muestra claramente que los muertos han de ser resucitados, cuando habla del episodio de la zarza cuando llama al Señor ‘el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob’ (Ex 3:2.6.15.16). 38 Esto muestra que Dios es Dios de los vivos y no de los muertos, porque para Él todos están vivos”.
39 Entonces algunos maestros de la Ley le dijeron: “Buena respuesta has dado, Maestro!” 40 Y no se atrevían a hacerle más preguntas.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor