Lunes XVI Semana del Tiempo Ordinario
«No se le dará otro signo que el del profeta Jonás»
📘 Primera Lectura: Exodo 14, 5-18
Entonces el Faraón hizo enganchar su carro de guerra y alistó sus tropas.
Tomó seiscientos carros escogidos y todos los carros de Egipto, con tres hombres en cada uno.
El Señor endureció el corazón del Faraón, el rey de Egipto, y este se lanzó en persecución de los israelitas, mientras ellos salían triunfalmente.
Los egipcios los persiguieron con los caballos y los carros de guerra del Faraón, los conductores de los carros y todo su ejército; y los alcanzaron cuando estaban acampados junto al mar, cerca de Pihajirot, frente a Baal Sefón.
Cuando el Faraón ya estaba cerca, los israelitas levantaron los ojos y, al ver que los egipcios avanzaban detrás de ellos, se llenaron de pánico e invocaron a gritos al Señor.
Y dijeron a Moisés: «¿No había tumbas en Egipto para que nos trajeras a morir en el desierto? ¿Qué favor nos has hecho sacándonos de allí?
Ya te lo decíamos cuando estábamos en Egipto: «¡Déjanos tranquilos! Queremos servir a los egipcios, porque más vale estar al servicio de ellos que morir en el desierto».
Moisés respondió al pueblo: «¡No teman! Manténganse firmes, porque hoy mismo ustedes van a ver lo que hará el Señor para salvarlos. A esos egipcios que están viendo hoy, nunca más los volverán a ver.
El Señor combatirá por ustedes, sin que ustedes tengan que preocuparse por nada.
Después el Señor dijo a Moisés: «¿Por qué me invocas con esos gritos? Ordena a los israelitas que reanuden la marcha.
Y tú, con el bastón en alto, extiende tu mano sobre el mar y divídelo en dos, para que puedan cruzarlo a pie.
Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, y ellos entrarán en el mar detrás de los israelitas. Así me cubriré de gloria a expensas del Faraón y de su ejército, de sus carros y de sus guerreros.
Los egipcios sabrán que soy el Señor, cuando yo me cubra de gloria a expensas del Faraón, de sus carros y de sus guerreros».
📗 Salmo Exodo 15, 1b-2.3-4.5-6
él hundió en el mar los caballos y los carros.
El Señor es mi fuerza y mi protección,
él me salvó.
El es mi Dios y yo lo glorifico,
es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza.
El Señor es un guerrero,
su nombre es «Señor».
El arrojó al mar los carros del Faraón y su ejército,
lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo.
El abismo los cubrió,
cayeron como una piedra en lo profundo del mar.
Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza,
tu mano, Señor, aniquila al enemigo.
📖 Evangelio según San Mateo 12, 38-42
38 Entonces algunos maestros de la Ley y algunos fariseos le dijeron a Jesús: “Maestro, queremos verte realizar un signo”. 39 Pero Él les respondió:
“La generación mala e infiel pide un signo, pero ningún signo les será dado, excepto por el signo del profeta Jonás. 40 Porque, así como Jonás se quedó en el vientre de un gran pez tres días y tres noche, también el Hijo del Hombre se quedará en el corazón de la tierra tres días y tres noches. 41 En el día del juicio, el pueblo de Nínive se levantará y acusará a esta generación, porque ellos se arrepintieron cuando escucharon la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más importante que Jonás. 42 En el juicio, la reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella ha venido desde muy lejos para escuchar las sabias enseñanzas de Salomón; y aquí hay uno más importante que Salomón”.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor