Lunes XII Semana del Tiempo Ordinario
Solemnidad de la Natividad de Juan el Bautista
«Misericordioso»
📘 Primera Lectura: Libro de Isaías 49, 1-6
¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre.
El hizo de mi boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha punzante, me escondió en su aljaba.
El me dijo: «Tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré».
Pero yo dije: «En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza». Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios.
Y ahora, ha hablado el Señor, el que me formó desde el seno materno para que yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza.
El dice: «Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra».
📗 Salmo 139(138), 1-3.13-14ab.14c-15
Señor, tú me sondeas y me conoces,
tú sabes si me siento o me levanto;
de lejos percibes lo que pienso,
te das cuenta si camino o si descanso,
y todos mis pasos te son familiares.
Tú creaste mis entrañas,
me plasmaste en el seno de mi madre:
te doy gracias porque fui formado
de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas son tus obras!
y nada de mi ser se te ocultaba,
cuando yo era formado en lo secreto,
cuando era tejido en lo profundo de la tierra.
📘 Segunda Lectura: Libro de los Hechos de los Apóstoles 13, 22-26
Pablo decía:
«Cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, de quien dio este testimonio: He encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón que cumplirá siempre mi voluntad.
De la descendencia de David, como lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel un Salvador, que es Jesús.
Como preparación a su venida, Juan había predicado un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel.
Y al final de su carrera, Juan decía: ‘Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de mí viene aquel a quien yo no soy digno de desatar las sandalias’.
Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios.»
📖 Evangelio según San Lucas 1, 57-66.80
57 Llegó el momento para que Isabel tuviera el hijo, y ella dio a luz a un niño. 58 Los vecinos y familiares se enteraron que Dios había sido tan bueno y misericordioso con Isabel, y todos se alegraron con ella. 59 Al octavo día, vinieron a circuncidar al niño y quisieron darle el nombre de su padre, Zacarías. 60 Pero su madre dijo: “No. Será llamado Juan”.
61 Entonces le dijeron: “¡Pero no tienes a nadie en tu familia con ese nombre!”
62 Luego le hicieron señas al padre, preguntándole qué nombre quería ponerle al niño. 63 Zacarías pidiendo una tabla, escribió: “Su nombre es Juan”. Y todos estaban muy asombrados. 64 En ese momento Zacarías pudo hablar nuevamente y comenzó a bendecir a Dios. 65 Los vecinos tenían mucho miedo y todas estas cosas se comentaban por toda la región montañosa de Judá. 66 Todos los que escuchaban estas cosas, las guardaban en su corazón, diciendo: “¿Qué será ese niño? Porque, verdaderamente el poder del Señor estaba con él”.
80 El niño crecía y se fortalecía en espíritu, y vivía en el desierto hasta el día en que apareció ante el pueblo de Israel.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor