«El que entre por mí será salvo»
Hno. Ricardo Grzona, frp
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PRIMERA LECTURA: Hechos 2, 14.36-41
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 23(22), 1-3a.3b-4.5.6
SEGUNDA LECTURA: 1 Pedro 2, 20-25
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
-Amén-
TEXTO BÍBLICO: Juan 10, 1-10
1 Jesús dijo: “Ciertamente les digo que quien no entra en el corral de las ovejas por la puerta, es un ladrón y un bandido. 2 Pero el pastor de las ovejas entra por la puerta. 3 El portero le abre la puerta y las ovejas reconocen su voz cuando las llama por su nombre, y las saca fuera del corral. 4 Cuando están todas afuera, él va delante de ellas y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. 5 Pero de ninguna manera ellas seguirán a un extraño; por el contrario, huirán de él porque no conocen la voz de los extraños”.
6 Jesús hizo esta comparación, pero nadie entendió lo que quería decir.
7 Entonces Jesús volvió a decirles: “Ciertamente les digo que Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que vinieron antes de mí, son ladrones y bandidos, pero las ovejas no prestaron atención a sus voces. 9 Yo soy la puerta. El que entre por mí será salvo, y podrá entrar y salir, y siempre encontrará alimento. 10 El ladrón solo viene a robar, matar y destruir; pero Yo he venido para que las ovejas tengan vida, y la tengan en abundancia”.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio Bíblico.
Entender las parábolas de Jesús, es situarnos verdaderamente en el mundo donde Él se movía y desempeñaba su ministerio. Aquí, una de las veces que toma al redil completo de las ovejas y un pastor para dar a entender una enseñanza.
En primer lugar, para los que no conocen mucho cómo se cuidan las ovejas, debemos recordar que son animales dóciles, domesticables desde los primeros tiempos de la humanidad. En la época de Jesús, una de las actividades más importantes era el cuidado de las ovejas. La oveja da leche y lana. Y en algunos casos se sacrificaba para comer. Pero lo más importante es comida y abrigo. Por lo tanto, tener ovejas, era tener un tesoro que hay que cuidar. Para esto, se construían corrales o llamados rediles también. La mayoría de las veces, eran muros de piedra, que contenían a las ovejas dentro, ellas allí estaban a salvo de los depredadores y era más fácil cuidarlas en las noches. Esos muros tenían una puerta, por allí salían todas las mañanas y regresaban todas las tardes cuando volvía de pastar y relajarse en los verdes prados, cercanos a lagunas y arroyos.
Evidentemente el que no entra por la puerta es un bandido, un ladrón y saqueador. El lobo también salta el muro. Y es lo primero que advierte Jesús. También, la voz del pastor, es conocida por las ovejas, que lo siguen, porque ellas saben que el pastor las cuida y les brinda protección. A otra persona que desconozcan la voz no la siguen.
Los discípulos no entendieron la parábola, aún cuando habían visto las ovejas y sus cuidados. Entonces Jesús compara todo con el Reino de los cielos y dice que Él es la única puerta por donde pasarán para entrar en el Reino. Jesús usa para sí mismo el nombre sagrado que Dios le había dado a Moisés y dice: “Yo soy la puerta: quien pasa por mí se salvará”. Pasar a través de Jesús, son frases que sonarían muy extrañas para los primeros discípulos. Pero hoy entendemos que sólo a través de Jesús es que encontramos la vida verdadera. No como la han venido ofreciendo otros, que sólo mintieron para aprovecharse de las pobres ovejas. Por eso culmina el texto con: “Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.
Reconstruimos el texto:
- ¿Cómo comienza el texto?
- ¿Cuál es la comparación que pone Jesús?
- ¿Quiénes son los que no entran por la puerta?
- ¿Cómo se comportan las ovejas con su verdadero pastor?
- ¿Qué sucede con los extraños que buscan a las ovejas?
- ¿Qué parte del corral de las ovejas Jesús compara consigo mismo?
- ¿Qué sucede con las ovejas que cruzan la puerta?
- ¿Quiénes son esas ovejas hoy y cuál es la puerta?
- ¿Para qué vino Jesús?
2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
- En el corral de mi vida ¿Cuántas veces han venido ofreciéndome la felicidad de muchas formas? ¿Me dejo tentar por estos que la ofrecen?
- ¿Cuáles son esas falsas formas de felicidad que me cautivan?
- ¿Cómo llegan a mi vida, cómo se presentan estas falsas formas? No debo olvidarme que el demonio se disfraza de angel de luz.
- ¿Cuál es mi relación con la Iglesia, el redil donde yo estoy a salvo? ¿Vivo plenamente la vida de la Iglesia?
- Seguir a Jesús, el buen pastor: ¿Qué significa ser seguidor de Jesús? Él no trajo una doctrina, ni una ideología. Él es el Señor de la Vida. El dueño del Tiempo y el Hijo Único de Dios. Se seguidor del Señor… ¿Qué implica? ¿Hasta dónde llega mi compromiso?
- ¿Escucho la voz del Señor para seguirlo? Así como hacen las ovejas. ¿Con qué frecuencia me relaciono con la Sagrada Escritura, para hacer oración, para que influya en mi vida.
- Me doy cuenta que otros vienen como pseudopastores a robar, matar y destrozar… ¿Dejo que me acaben a mí y mi comunidad? ¿Cuál será la mejor defensa contra estos mentirosos?
- Jesús vino para que tuviéramos vida y vida en abundancia. ¿Qué significa esto en la realidad?
- ¿Soy consciente que sólo en Jesús puedo tener vida en abundancia?
3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:
Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Gracias por ser mi buen pastor.
Gracias por cuidarme de los que vienen a asaltar, robar y matar mi alma.
Quiero seguirte siempre, dame esa gracia. Que no me aparte de Ti.
Y como muestra de oración te invitamos a que uses el Salmo 23 (22) para tu oración, repítelo lentamente:
23,1: El Señor es mi pastor, nada me falta.
23,2: En verdes praderas me hace reposar,
me conduce a fuentes tranquilas
23,3: y recrea mis fuerzas.
Me guía el sendero adecuado
haciendo gala su oficio.
23,4: Aunque camine por lúgubres cañadas,
ningún mal temeré, porque tú vas conmigo;
tu vara y tu bastón me defienden.
23,5: Preparas ante mí una mesa
en presencia de mis enemigos;
Me unges con perfume la cabeza,
y mi copa rebosa.
23,6: ¡La bondad y el amor me escoltan
todos los días de mi vida!
Y habitaré en la casa del Señor
a lo largo de mis días.
-Amén-
Profundiza en tu oración este Salmo. Vuelve a repetirle al Señor que Él es tu pastor y por eso nada te falta, nada temes. Todo lo tienes.
Ponte en las manos del Señor, deja que Él actúe en tu vida.
4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
«El que entre por mí será salvo»
(Versículos 9)
Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.
5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, me propongo hacer una relectura más pausada del texto y preguntarme, ¿a qué cambios me está invitando el Señor de la vida? ¿Qué debería dejar de hacer para no darle tantas oportunidades al enemigo que nos tienta. Y proponerse una acción posible, que me saque de la rutina. Visitar a un enfermo para animarlo, ir a un hospital y enrolarse como voluntario, a un asilo de ancianos. Hacer una obra de caridad, que se note. Por ejemplo también puede ser comprar alimentos para dárselos a alguien que estás seguro que no tiene.
En el grupo, conversar en el grupo de todas las formas en que somos tentados como iglesia por otros que vienen a quitarnos la paz y la salvación. Distinguirlos, definirlos. Pues es importante darle al Señor la oportunidad de que sea Él y sólo Él quien nos cuide. También proponerse conocer las actitudes de los seguidores o discípulos. Destacar la que más sea importante y proponerse vivirla. También como grupo hacer una obra de caridad con quienes sepamos están carenciados y necesitados.