«Hoy les ha nacido el Salvador, el Mesías y Señor»
Hno. Ricardo Grzona, frp
Cristian Buiani, frp
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PRIMERA LECTURA: Isaías 9, 1-6
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 95, 1-3.11-13
SEGUNDA LECTURA: Tito 2, 11-14
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén
TEXTO BÍBLICO: Lucas 2, 1-14
2,1: Por entonces se promulgó un decreto del emperador Augusto que ordenaba a todo el mundo inscribirse en un censo. 2,2: Éste fue el primer censo, realizado siendo Quirino gobernador de Siria. 2,3: Acudían todos a inscribirse, cada uno en su ciudad. 2,4: José subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a la Ciudad de David en Judea, llamada Belén –pues pertenecía a la Casa y familia de David–, 2,5: a inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
2,6: Estando ellos allí, le llegó la hora del parto 2,7: y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían encontrado sitio en la posada.
2,8: Había unos pastores en la zona que cuidaban por turnos los rebaños a la intemperie. 2,9: Un ángel del Señor se les presentó. La gloria del Señor los cercó de resplandor y ellos sintieron un gran temor. 2,10: El ángel les dijo:
—No teman. Miren, les doy una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo: 2,11: Hoy les ha nacido en la Ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor. 2,12: Esto les servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
2,13: Al ángel, en ese momento, se le juntó otra gran cantidad de ángeles, que alababan a Dios diciendo:
2,14: —¡Gloria a Dios en lo alto y en la tierra paz a los hombres amados por él!
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio Bíblico.
Por entonces se promulgó un decreto del emperador Augusto”, el evangelista inicia el relato del nacimiento de Jesús con estas palabras, aportándonos un contexto histórico y geográfico del nacimiento del Señor. Jesús no ha nacido y comparecido en público en un tiempo indeterminado, sino que pertenece a un tiempo preciso y a un entorno geográfico indicado con exactitud: lo universal y lo concreto se tocan en Jesús.
El decreto de Augusto para registrar fiscalmente a todos los ciudadanos, lleva a José, junto con su esposa María, a la ciudad de David. Según la promesa del Profeta Miqueas, el mesías debía de nacer en esta ciudad.
El censo tenía como objeto determinar y recaudar los impuestos es la razón por la cual José, con María, su esposa embarazada, van de Nazaret a Belén. El nacimiento de Jesús en la ciudad de David se coloca en el marco de la gran historia universal, aunque el emperador nada sabe de esta gente sencilla que por causa suya está en viaje en un momento difícil; y así, aparentemente por casualidad, el Niño Jesús nacerá en el lugar de la promesa.
“Estando ellos allí, le llegó la hora del parto y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían encontrado sitio en la posada”. Para el Salvador del mundo, para aquel en vista del cual todo fue creado, no hay sitio. El que fue crucificado fuera de las puertas de la ciudad nació también fuera de sus murallas.
María puso a su niño recién nacido en un pesebre. Luego María envolvió al niño en pañales; podemos imaginar con cuanto amor ella esperaba su hora y preparaba el nacimiento de su hijo.
Nació en un establo, en un ambiente poco acogedor, pero que ofrecía en todo caso la discreción necesaria para el santo evento. El pesebre es el lugar donde los animales encuentran su alimento. Sin embargo, ahora yace en el pesebre quien se ha indicado a sí mismo como el verdadero pan bajado del cielo, como el verdadero alimento que el hombre necesita y que da la vida eterna. En la pobreza del nacimiento de Jesús se perfila la gran realidad en la que se cumple de manera misteriosa la redención de los hombres.
Los primeros testigos del gran acontecimiento son pastores que velan. Jesús nació fuera de la ciudad, en un ambiente en que por todas partes en sus alrededores había pastos a los que los pastores llevaban sus rebaños. Era normal por tanto que ellos, al estar más cerca del acontecimiento, fueran los primeros llamados a la gruta. Quizá ellos vivieron más cerca el acontecimiento, no sólo exteriormente, sino también interiormente. Ellos formaban parte de los pobres, de las almas sencillas, a las que Jesús bendecirá.
El ángel del Señor se presenta a los pastores, y la gloria del Señor los envuelve con su claridad. El ángel disipa el temor que estos sienten y les anuncia una “gran alegría para todo el pueblo: Hoy les ha nacido en la Ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor”. Se les dice que encontraran como señal a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
Al ángel, en ese momento, se le juntó otra gran cantidad de ángeles, que alababan a Dios diciendo:
¡Gloria a Dios en lo alto y en la tierra paz a los hombres amados por él!
Los ángeles ante el nacimiento del Salvador cantan, y ponen en relación la gloria de Dios en el cielo con la paz de los hombres en la tierra.
Preguntas para recordar el texto bíblico:
- ¿Cómo inicia el relato? ¿Qué ordenaba el decreto del emperador de ese momento? ¿Quién era ese emperador?
- ¿Cuándo tuvo lugar el primer censo? ¿Qué debían hacer los ciudadanos ante este procedimiento?
- ¿En qué ciudad se encontraban José y María? ¿Hacia dónde se dirigían?
- ¿En qué ciudad le llego a María el momento de dar a luz?
- ¿Qué ocurre con el nacimiento del Señor? ¿Dónde debe acostarlo María al niño, y porque?
- ¿A quiénes se les apareció el ángel aquella noche? ¿Qué sintieron estos ante la presencia luminosa del ángel?
- ¿Con que palabras el ángel anuncia el nacimiento de Jesús? ¿Cuál es la señal que debían encontrar?
- ¿Con que palabras el coro de ángeles alababa a Dios?
2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
- ¿Vivo plenamente estos días por los cuales me preparé durante todo el tiempo de Adviento? ¿Entiendo que no puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida? ¿De qué modo nace Jesús en esta oportunidad para mí?
- ¿Vivo este momento como un espectador que mira desde lejos, o lo vivo participando de este gozo que nos es común a toda la humanidad? ¿
- En este día de Navidad, ¿qué tendría yo que decir de Jesús? ¿Cómo lo he sentido presente a lo largo de este año? Ahora ¿lo siento más cercano?
- Aún hoy Jesús no encuentra lugar del mismo modo cuando nació… ¿Cuáles son las actitudes o gestos en los cuales Jesús queda sin lugar en el corazón de los hombres? ¿Mi corazón tiene un lugar preparado para este Jesús que nace?
- ¿Qué me dice a mí, que son simples y humildes pastores a quienes se les anuncia el nacimiento de Jesús? ¿Comprendo que el Salvador ya desde su nacimiento busca a quienes tienen un corazón sencillo y humilde?
- ¿Ante el nacimiento de Jesús doy gracias a Dios y lo alabo del mismo modo en que lo hacen los ángeles?
3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.
Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo.
Señor, te damos gracias.
Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos.
Señor, te damos gracias.
Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.
Señor, te damos gracias.
Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás.
Señor, te damos gracias.
Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir,
Señor, te damos gracias.
Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti.
Señor, te damos gracias.
Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.
María, te damos gracias.
Gracias San José, por cuidar de Jesús y María.
San José, te damos gracias.
Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría. Añadimos nuestras intenciones de oración.
– AMÉN –
4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
«Hoy les ha nacido el Salvador, el Mesías y Señor»
(Versículos 11)
Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.
5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
En lo personal, estoy decidido a ser luz de navidad. Con el nacimiento del Señor, busco compartir mi alegría y mis sentimientos, por lo que hablaré a otros sobre la persona de Jesús que vino por cada uno de nosotros para salvarnos.
Con tu grupo, vamos a volver a releer el texto. Todos como grupo vamos a llevar la alegría de Cristo que vino a nosotros para despertar la esperanza en que es posible vivir de verdad.