«No se angustien pensando»
Hno. Ricardo Grzona, frp
Cristian Buiani, frp
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PRIMERA LECTURA: Isaías 49, 14-15
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 6, 2-3.6-9
SEGUNDA LECTURA: 1 Corintios 4, 1-5
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén
TEXTO BÍBLICO: Mateo 6, 24-34
Dios y el dinero
6-24: Nadie puede estar al servicio de dos señores, pues odiará a uno y amará al otro o apreciará a uno y despreciará al otro. No pueden estar al servicio de Dios y del dinero.
Confianza en Dios
6-25: Por eso les digo que no anden angustiados por la comida [y la bebida] para conservar la vida o por la ropa para cubrir el cuerpo. ¿No vale más la vida que el alimento?, ¿el cuerpo más que la ropa?
6-26: Miren las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre del cielo las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas? 6-27: ¿Quién de ustedes puede, por mucho que se inquiete, prolongar un poco su vida?
¿6-28: ¿Por qué se angustian por la vestimenta? Miren cómo crecen los lirios silvestres, sin trabajar ni hilar. 6-29: Les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. 6-30: Pues si a la hierba del campo, que hoy crece y mañana la echan al horno, Dios la viste así, ¿no los vestirá mejor a ustedes, hombres de poca fe?
6-31: En conclusión, no se angustien pensando: ¿qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿con qué nos vestiremos? 6-32: Todo eso buscan ansiosamente los paganos. Pero el Padre del cielo sabe que ustedes tienen necesidad de todo aquello. 6-33: Busquen primero el reino [de Dios] y su justicia, y lo demás lo recibirán por añadidura.
6-34: Por eso, no se preocupen del mañana, que el mañana se ocupará de sí. A cada día le basta su problema.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio Bíblico.
En este octavo domingo del tiempo ordinario continuamos la lectura del evangelio de San Mateo. El relato presenta dos grandes temas, en primer lugar una exhortación de Jesús sobre las riquezas, y en segundo lugar sobre la confianza en la Providencia.
Jesús hace una invitación a sus discípulos ha abandonar en manos de Dios la preocupación por el alimento o el dinero. Era sumamente necesario en ese momento que los apóstoles tuvieran un alma liberada del apetito de riquezas y que aborrecieran la acumulación de dinero, contentándose más bien con los que Dios les proporciona, , como está escrito: La codicia es la raíz de todos los males. Convenía, por tanto, que a toda costa se mantuvieran al margen y plenamente liberados de aquel vicio que es la raíz y madre de todos los males, concluyendo toda su actividad en ocupaciones realmente necesarias. De esta forma, caminando al margen de las preocupaciones del mundo, minimizarían los deseos materiales y desearían únicamente lo que Dios quiere. El “Dinero” es presentado aquí como un poder personificado que domina al mundo. Pero esta exhortación es vigente, y es proclamada no solo para aquellos primeros discípulos, sino para todo discípulo de cualquier época.
Es importante recordar que Jesús en este contexto está hablando del Reino de Dios en contraste con la tierra y lo está haciendo para la comunidad de convertidos. Por lo tanto, no se trata de «construir un paraíso en la tierra», sino de prepararse para el Reino de Dios definitivo, como quedará expuesto en los versículos siguientes.
Jesús en esta predicación sobre la confianza en la Providencia hace uso de dos parábolas: sobre los pájaros y sobre lirios del campo. Siempre que Jesús habla por parábolas lo hace a través de recursos entendibles, de imágenes y elementos comunes al público al que le habla.
Jesús manda mirar a los pájaros. No siembran, no almacenan, y sin embargo tienen siempre algo que comer, porque el Padre celestial los alimenta: «¿No valen ustedes más que ellos?» Lo que Jesús critica es cuando la preocupación por la comida ocupa todo el horizonte de la vida de las personas, sin dejar espacio para experimentar y saborear la gratuidad de la fraternidad y de la pertenencia al Padre.
Y sobre la parábola de los lirios, Jesús dice que el cuerpo vale más que el vestido. Por eso Jesús manda a mirar las flores, los lirios del campo. ¡Con qué elegancia y belleza Dios los viste! «Dios la viste así, ¿no los vestirá mejor a ustedes, hombres de poca fe?”. Jesús insiste en las cosas de la naturaleza, para que viendo las flores y el campo, la gente recuerde la misión de luchar por el Reino y crear fraternidad.
Jesús retoma la crítica contra una excesiva preocupación por la comida, la bebida y el vestido. Y concluye: «¡Son los paganos que se preocupan con todo esto!» Debe de haber una diferencia en la vida de los que tienen fe en Jesús y de los que no la tienen. Los que tienen fe en Jesús, comparten con él la experiencia de gratuidad de Dios como Padre. Esta experiencia de paternidad tiene que revolucionar la convivencia. Tiene que engendrar una vida comunitaria que sea fraterna, semilla de una nueva sociedad.
«Busquen primero el reino [de Dios] y su justicia, y lo demás lo recibirán por añadidura »… Se dice que hay que buscar el reino de Dios. «Buscar», no es más que una palabra, pero que dice muchas cosas. Quiere decir… trabajar incesantemente para el reino de Dios y no permanecer en un estado de flojera o de estancamiento, buscar a Dios primero en el interior para encontrarlo en el exterior. Buscar a Dios en uno mismo, porque san Agustín confiesa que mientras lo buscó fuera de él, no lo encontró.
Preguntas para recordar el texto bíblico:
- ¿Por qué dice Jesús que no se puede se puede servir a dos señores?
- ¿Qué dice Jesús sobre la excesiva preocupación por la comida o la vestimenta?
- ¿Qué parábolas utiliza para predicar sobre la Providencia?
- ¿Qué dice Jesús en estas parábolas?
- ¿Quiénes son los que se preocupan por la comida, bebida o vestimenta?
- ¿Qué se debe buscar en primer lugar? ¿Y entonces que ocurrirá?
- ¿Y que dice sobre la preocupación por el “mañana”?
2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
- ¿Qué lugar ocupa el dinero o los objetos materiales en mi vida? ¿Alguna vez sentí estar sirviendo a dos señores? ¿Comprendo que tener un “Señor”, significa que en mi libertad le doy permiso para que tome posesión de mi vida? ¿Cuáles son esos otros “señores” que toman posesión de tantas vidas hoy en día?
- ¿Cuáles son mis inquietudes, dudas o preocupaciones? ¿Suelo preocuparme por como estoy vestido, que coche tengo o no tengo, o si estoy a la moda?
- ¿Volviendo a la pregunta de Jesús sobre quien puede agregar un instante de tiempo a su propia vida, pienso en esto? ¿Qué siento? ¿Comprendo que no soy dueño de mi vida, ni siquiera de este hoy? ¿Esto me conduce a vivir cada día agradecido?
- ¿Qué significa esto de que Dios hará por nosotros cosas más grandes y bellas que los lirios de los campos?
- ¿Cómo experimento la providencia de Dios en mi vida? ¿Siento que Dios está presente en las decisiones que tomo, o en los pasos que doy?
- ¿Qué busco en mi vida cada día? ¿El Reino de los Cielos ocupa el primer lugar? ¿Cuáles son esas otras cosas que busco y que no tienen sentido? ¿Me propongo esforzarme para vivir orientando mi vida al Reino de los Cielos?
3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.
¡Señor, con el corazón abierto te pido que me hagas pequeño, muy pequeño, sencillo, humilde, niño como Tú! ¡Señor, hazme pequeño para ir al encuentro del prójimo y repleto de tu cariño volcarlo en los demás! ¡Deseo, Señor, sentir ese amor que me convierte en alguien pequeño, pobre y niño para mirarte y sentir la alegría de tu sonrisa que todo lo perdona y todo lo sana! ¡Sabes, Señor, que me gustaría ser mejor persona, más amable y servicial, más entregado y generoso, reescribir los renglones torcidos de mi vida, pero solo tengo capacidad para cargar mi mochila y mendigar tu misericordia! ¡A Ti, Señor, me postro para hacerme como un niño, pequeño e ingenuo y dejarme guiar por Ti que todo lo haces bien! ¡Señor, me pongo de rodillas ante Ti para salir de mi mismo y mis egoísmos, para renunciar a mi yoes y mis miserias, para despojarme de mi comodidad y mi tibieza, para ponerte a Ti en el centro de todo! ¡Gracias, Señor, por este regalo tan grande que es poder orar y sentir que estoy abrazando al mismo Dios que siempre me acompaña!
Amén
Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría. Añadimos nuestras intenciones de oración.
4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Como interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
«No se angustien pensando»
(Versículos 31)
Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.
5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
En lo personal, vuelvo a leer detenidamente las lecturas. Me comprometo a llevar adelante esta semana la obra de misericordia espiritual, “dar buen consejo al que lo necesita”. Piensa en alguna persona concreta que necesita palabras, consejos, y disponibilidad de escucha. Y proponte un día concreto de la semana para hacerlo.
Con tu grupo, nos proponemos hacer en estos días una campaña en la comunidad para expresar la importancia de vivir correctamente la cuaresma que se avecina (ejemplo: volantes luego de la misa, programas radiales, redes sociales). Hacemos hincapié en la misericordia de Jesús.