Jueves de la VI Semana de Pascua
Reflexión de los Evangelios diarios
Invocamos al Espíritu Santo
Espíritu Santo, Señor y dador de vida, ven y llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén.
Evangelio según San Juan 16, 16-20
Jesús dijo a sus discípulos:
«Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver».
Entonces algunos de sus discípulos comentaban entre sí: «¿Qué significa esto que nos dice: ‘Dentro de poco ya no me verán, y poco después, me volverán a ver’? ¿Y qué significa: ‘Yo me voy al Padre’?».
Decían: «¿Qué es este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir».
Jesús se dio cuenta de que deseaban interrogarlo y les dijo: «Ustedes se preguntan entre sí qué significan mis palabras: ‘Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver’.
Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.»
Palabra del Señor
¿Qué dice el texto?
«Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.»
¿Qué nos dice a nosotros hoy Dios en el texto?
Hoy más que nunca vivimos en un mundo de mucha incertidumbre. No sabemos con certeza qué es lo que tenemos en nuestra mano. Pues ahora lo tenemos y dentro de un rato ya no está. Nos parece que estamos como en esas crisis económicas donde algunas personas tenían un dinero guardado y de repente ese banco donde estaba el dinero quebró y se llevó nuestros ahorros. Seguro que hemos conocido historias parecidas. Nuestra actualidad es muy semejante a estas situaciones. Obviamente nadie se escapa de estar con ansias, nervios de punta, el genio nuestro va y viene. Cómo podríamos culparnos si en verdad así estamos.
El Evangelio de hoy, que en estas semanas desmenuzamos de la última cena para entenderlo cada vez mejor, encontramos una escena que bien podemos apropiarnos para nuestro tiempo. Es la incertidumbre de Jesús que habla con términos muy especiales y confusos para nosotros. Aunque finalmente el texto termina de forma tranquilizante: “Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo”.
Ayer mismo veíamos cómo nos gustaría estar casi mecanizados como robots y tener la vida y nuestro futuro resuelto, pero lo que Dios quiere para nosotros es que tengamos también la responsabilidad de ir madurando en nuestras actitudes. Tal vez después de esta situación aprendamos a vivir de otra manera nuestra relación con el mundo y las cosas creadas y podamos valorar cosas que sí se pueden valorar, como la familia, los amigos, en crecimiento en las virtudes. Hoy más que nunca, digámosle al Señor con toda fuerza desde nuestro corazón, y repetimos varias veces para convencernos a nosotros mismos:
¡CREEMOS EN TI SEÑOR,
QUE CONVERTIRÁS NUESTRA TRISTEZA EN ALEGRÍA!
Esté es un esfuerzo conjunto entre la Fundación Ramón Pané y Zenit