En la doctrina cristiana católica, se denomina catequesis (del griego κατηχισμός, de κατηχεῖν,’instruir’) a la tradición del depósito de la fe a los nuevos miembros que se inician en la Iglesia católica y su posterior instrucción. Se encuentra en el origen mismo del cristianismo, completando el anuncio transmitido, en primer lugar, por el kerigma.
La Catequesis es una de las formas de servicio a la Palabra de Dios y se inscribe dentro del Ministerio Profético. Es una acción eclesial destinada a los miembros de la comunidad cristiana que han recibido el anuncio de fe (también llamado primer anuncio o kerigma) y lo han aceptado en sus vidas. Como acción educativa, busca instruir a los discípulos, acompañándolos en el camino de maduración de su fe. La finalidad de toda acción catequística es que cada cristiano pueda encontrarse con la persona de Jesucristo y hacer confesión de su fe trinitaria.
La catequesis dentro del proceso evangelizador.
Se entiende a la evangelización como la acción destinada a dar a conocer el mensaje de Jesucristo, contenido en los Evangelios y resguardado por la misma comunidad eclesial, invitando a hombres y mujeres a adherirse a la fe, sumarse a la comunidad cristiana y comprometerse en la edificación de la sociedad.
«Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo».
Dentro de este proceso, la catequesis viene a continuación del kerigma o primer anuncio. El kerigma tiene por misión suscitar en los hombres la fe en Jesucristo. Si la respuesta a esa llamada es positiva, la comunidad eclesial ofrece a converso un espacio de crecimiento y maduración en la fe. Por esta razón, se dice que la catequesis es una acción educativa destinada al interior de la Iglesia que busca fortalecer la fe de sus miembros.
«El primer anuncio se dirige a los no creyentes y a los que, de hecho, viven en la indiferencia religiosa. Asume a la función de anunciar el evangelio y llamar a la conversión. La catequesis, “distinta del primer anuncio del Evangelio”, promueve y hace madurar esta conversión inicial, educando en la fe al convertido e incorporándolo a la comunidad cristiana. La relación entre ambas formas del ministerio de la Palabra es, por tanto, una relación de distinción en la complementariedad».
Por medio del Bautismo, los creyentes ingresan en la vida de la Iglesia Católica. La fe recibida es fortalecida con la acción catequística preparando al discípulo para desplegar en el mundo (sus ambientes cotidianos: hogar, barrio, trabajo, sector) su labor apostólica: convocar a otros a sumarse a la vida de la comunidad cristiana.
La catequesis es un proceso formativo.
Atendiendo a que la finalidad de la catequesis sea que todo hombre y mujer puedan experimentar la presencia de Dios en sus vidas, especialmente en la lectura y reflexión de la Biblia, la celebración de los Sacramentos (de manera particular la Eucaristía) y la participación en la vida fraterno/comunitaria, la catequesis no se circunscribe a un momento en la vida del creyente, al contrario, busca acompañarlo a lo largo de la vida en las distintas situaciones vitales que cada persona deba afrontar.
«Las situaciones históricas y las aspiraciones auténticamente humanas forman parte indispensable del contenido de la catequesis».
Por tal motivo ha de entenderse a la catequesis como un proceso que dura toda la vida. En palabras de San Juan Pablo II:
«La catequesis es un proceso de formación en la fe, la esperanza y la caridad que informa la mente y toca el corazón, llevando a la persona a abrazar a Cristo de modo pleno y completo. Introduce más plenamente al creyente en la experiencia de la vida cristiana que incluye la celebración litúrgica del misterio de la redención y el servicio cristiano a los otros». 4 La catequesis, como ministerio profético, asiste al creyente en diversos momentos de su vida: tanto en la Iniciación a la Vida cristiana como en tiempo dedicados a profundizar la fe dando respuesta a interrogantes vitales propios de cada momento de la existencia: «La catequesis es un camino de crecimiento y maduración en la fe en un contexto comunitario-eclesial que da sentido a la vida. En efecto, por medio de la catequesis todos los hombres pueden captar el plan de Dios Padre -centrado en la Persona de Jesucristo- en su propia vida cotidiana. Además pueden descubrir el significado último de la existencia y de la historia».