Jueves VIII Semana del Tiempo Ordinario
«¡Ten piedad de mí!»
📘 Primera Lectura: Epístola I de San Pedro 2, 2-5.9-12
ya que han gustado qué bueno es el Señor.
Al acercarse a él, la piedra viva, rechazada por los hombres pero elegida y preciosa a los ojos de Dios,
también ustedes, a manera de piedras vivas, son edificados como una casa espiritual, para ejercer un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo.
Ustedes, en cambio, son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz.
ustedes, que antes no eran un pueblo, ahora son el Pueblo de Dios; ustedes, que antes no habían obtenido misericordia, ahora la han alcanzado.
Queridos míos, yo los exhorto, como a gente de paso y extranjeros: no cedan a los deseos carnales que combaten contra el alma.
Observen una buena conducta en medio de los paganos y así, los mismos que ahora los calumnian como a malhechores, al ver sus buenas obras, tendrán que glorificar a Dios el día de su Visita.
📗 Salmo: 100(99), 1b-2.3.4.5
sirvan al Señor con alegría,
lleguen hasta él con cantos jubilosos.
Reconozcan que el Señor es Dios:él nos hizo y a él pertenecemos;
somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entren por sus puertas dando gracias,
entren en sus atrios con himnos de alabanza,alaben al Señor y bendigan su Nombre.
¡Qué bueno es el Señor!
Su misericordia permanece para siempre,
y su fidelidad por todas las generaciones.
📖 Evangelio según San Marcos 10, 46-52
46 Vinieron a la ciudad de Jericó y cuando Jesús salía de la ciudad con sus discípulos y una gran multitud, un ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto a la carretera pidiendo limosna. 47 Cuando escuchó a alguien decir que era Jesús de Nazaret quien pasaba, el ciego comenzó a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!”
48 Muchas personas lo reprendían y le decían que se callara, pero él gritaba aún con más fuerza: “Hijo de David, ¡ten piedad de mí!”
49 Entonces Jesús se detuvo y dijo: “Llámenlo”. Llamaron al ciego y le decían: “¡Ánimo! ¡Levántate porque te está llamando!”
50 Bartimeo, arrojando su manto, se levantó saltando y fue al lugar donde estaba Jesús.
51 Jesús le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?” El ciego le dijo: “Maestro, ¡que pueda ver!
52 Jesús le dijo: “Vete ¡tu fe te ha salvado!” De inmediato comenzó a ver y seguía a Jesús por el camino.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor