Jueves VIII Semana del Tiempo Ordinario
«¡Ten piedad de mí!»
📘 Primera Lectura: Eclesiástico 42, 15-26
El sol resplandeciente contempla todas las cosas, y la obra del Señor está llena de su gloria.
No ha sido posible a los santos del Señor relatar todas sus maravillas, las que el Señor todopoderoso estableció sólidamente para que el universo quedara afirmado en su gloria.
El sondea el abismo y el corazón, y penetra en sus secretos designios, porque el Altísimo posee todo el conocimiento y observa los signos de los tiempos.
El anuncia el pasado y el futuro, y revela las huellas de las cosas ocultas:
ningún pensamiento se le escapa, ninguna palabra se le oculta.
El dispuso ordenadamente las grandes obras de su sabiduría, porque existe desde siempre y para siempre; nada ha sido añadido, nada ha sido quitado, y él no tuvo necesidad de ningún consejero.
¡Qué deseables son todas sus obras! Y lo que vemos es apenas una chispa!
Todo tiene vida y permanece para siempre, y todo obedece a un fin determinado.
Todas las cosas van en pareja, una frente a otra, y él no ha hecho nada incompleto:
una cosa asegura el bien de la otra. ¿Quién se saciará de ver su gloria?
📗 Salmo: 33(32), 2-3.4-5.6-7.8-9
toquen en su honor el arpa de diez cuerdas;
entonen para él un canto nuevo,
toquen con arte, profiriendo aclamaciones. Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor. La palabra del Señor hizo el cielo,
y el aliento de su boca, los ejércitos celestiales;
él encierra en un cántaro las aguas del mar
y pone en un depósito las olas del océano. Que toda la tierra tema al Señor,
y tiemblen ante él los habitantes del mundo;
porque él lo dijo, y el mundo existió,
él dio una orden, y todo subsiste.
📖 Evangelio según San Marcos 10, 46-52
46 Vinieron a la ciudad de Jericó y cuando Jesús salía de la ciudad con sus discípulos y una gran multitud, un ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto a la carretera pidiendo limosna. 47 Cuando escuchó a alguien decir que era Jesús de Nazaret quien pasaba, el ciego comenzó a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!”
48 Muchas personas lo reprendían y le decían que se callara, pero él gritaba aún con más fuerza: “Hijo de David, ¡ten piedad de mí!”
49 Entonces Jesús se detuvo y dijo: “Llámenlo”. Llamaron al ciego y le decían: “¡Ánimo! ¡Levántate porque te está llamando!”
50 Bartimeo, arrojando su manto, se levantó saltando y fue al lugar donde estaba Jesús.
51 Jesús le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?” El ciego le dijo: “Maestro, ¡que pueda ver!
52 Jesús le dijo: “Vete ¡tu fe te ha salvado!” De inmediato comenzó a ver y seguía a Jesús por el camino.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor