Lunes XVIII Semana del Tiempo Ordinario
«No tienen que irse. Denles ustedes de comer»
📘 Primera Lectura: Jeremías 28, 1-17
«Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: ¡Yo he quebrado el yugo del rey de Babilonia!
Dentro de dos años, devolveré a este lugar los objetos de la Casa del Señor que Nabucodonosor, rey de Babilonia, sacó de este lugar y se llevó a Babilonia.
Y también a Jeconías, hijo de Joaquím, rey de Judá, y a todos los deportados de Judá que fueron a Babilonia, los haré volver a este lugar -oráculo del Señor- cuando yo quiebre el yugo del rey de Babilonia».
Entonces el profeta Jeremías se dirigió al profeta Ananías, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo, que estaban de pie en la Casa del Señor,
y el profeta Jeremías dijo: «¡Amén! ¡Que así lo haga el Señor! Que el Señor cumpla tus palabras, las que tú has profetizado, haciendo volver los objetos de la Casa del Señor y a todos los deportados, de Babilonia a este lugar.
Sin embargo, escucha bien esta palabra que yo digo a tus oídos, y a los oídos de todo el pueblo:
Los profetas que nos han precedido desde siempre, a mí y a ti, profetizaron la guerra, el hambre y la peste a numerosos países y contra grandes reinos.
Pero si un profeta profetiza la paz, sólo cuando se cumple la palabra de ese profeta, él es reconocido como profeta verdaderamente enviado por el Señor «.
El profeta Ananías tomó la barra que estaba sobre el cuello de Jeremías y la quebró.
Luego dijo, en presencia de todo el pueblo: «Así habla el Señor: De esta misma manera, dentro de dos años, yo quebraré el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que está encima del cuello de todas las naciones». Y el profeta Jeremías se fue por su camino.
Después que el profeta Ananías quebró la barra que estaba sobre el cuello del profeta Jeremías, la palabra del Señor llegó a Jeremías, en estos términos:
«Ve a decirle a Ananías: Así habla el Señor: Tú has quebrado barras de madera, pero yo pondré en lugar de ellas barras de hierro.
Porque así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Yo he puesto un yugo de hierro sobre todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y ellas lo servirán; hasta los animales del campo se los he dado».
El profeta Jeremías dijo al profeta Ananías: «¡Escucha bien, Ananías! El Señor no te ha enviado, y tú has infundido confianza a este pueblo valiéndote de una mentira.
Por eso, así habla el Señor: Yo te enviaré lejos de la superficie del suelo: este año morirás, porque has predicado la rebelión contra el Señor «.
El profeta Ananías murió ese mismo año, en el séptimo mes.
📗 Salmo 119(118), 29.43.79-80.95.102
y dame la gracia de conocer tu ley.
No quites de mi boca la palabra verdadera,
porque puse mi esperanza en tus juicios. Que se vuelvan hacia mí tus fieles;
los que tienen en cuenta tus prescripciones.
Que mi corazón cumpla íntegramente tus preceptos,
para que yo no quede confundido. Los malvados están al acecho para perderme,
pero yo estoy atento a tus prescripciones.
No me separo de tus juicios,
porque eres tú el que me enseñas.
📖 Evangelio según Mateo 14, 13-21
13 Cuando Jesús escuchó lo sucedido, se fue de allí en una barca a un lugar desierto y apartado, pero las multitudes descubrieron donde estaba y venían de sus aldeas y lo seguían a pie por tierra. 14 Cuando Jesús salió de la barca, vio la gran muchedumbre y sintió compasión por ellos, por eso sanó a los enfermos que estaban allí.
15 Por la tarde, los discípulos vinieron a Jesús y le dijeron:
“Es tarde, y este lugar es desierto. Despide a la multitud para que puedan ir a las aldeas y comprar algo de comer”.
16 Pero Jesús les dijo: “No tienen que irse. Denles ustedes de comer”.
17 Pero ellos le dijeron: “Solo tenemos aquí cinco panes y dos pescados”.
18 Él les dijo: “tráiganmelos aquí”.
19 Luego envió a la gente a sentarse en la hierba. Entonces tomó los cinco panes y los dos pescados, mirando al cielo los bendijo, y rompiendo los panes, se los dio a los discípulos para que los repartieran a la gente. 20 Todos comieron y quedaron satisfechos, y luego se recogieron doce canastas llenas de los pedazos sobrantes. 21 Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor