Miércoles XX Semana del Tiempo Ordinario
«Quiero darle a este último lo mismo que te di a ti»
📘 Primera Lectura: Ezequiel 34, 1-11
¡Profetiza, hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel! Tú dirás a esos pastores: Así habla el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben apacentar el rebaño?
Pero ustedes se alimentan con la leche, se visten con la lana, sacrifican a las ovejas más gordas, y no apacientan el rebaño.
No han fortalecido a la oveja débil, no han curado a la enferma, no han vendado a la herida, no han hecho volver a la descarriada, ni han buscado a la que estaba perdida. Al contrario, las han dominado con rigor y crueldad.
Ellas se han dispersado por falta de pastor, y se han convertido en presa de todas las bestias salvajes. Mis ovejas se han dispersado,
y andan errantes por todas las montañas y por todas las colinas elevadas. ¡Mis ovejas están dispersas por toda la tierra, y nadie se ocupa de ellas ni trata de buscarlas!
Por eso, pastores, oigan la palabra del Señor.
Lo juro por mi vida -oráculo del Señor-: Porque mis ovejas han sido expuestas a la depredación y se han convertido en presa de todas las fieras salvajes por falta de pastor; porque mis pastores no cuidan a mis ovejas; porque ellos se apacientan a sí mismos, y no a mis ovejas;
por eso, pastores, escuchen la palabra del Señor:
Así habla el Señor: Aquí estoy yo contra los pastores. Yo buscaré a mis ovejas para quitárselas de sus manos, y no les dejaré apacentar mi rebaño. Así los pastores no se apacentarán más a sí mismos. Arrancaré a las ovejas de su boca, y nunca más ellas serán su presa.
Porque así habla el Señor: ¡Aquí estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él.
📗 Salmo 23(22), 1-3a.3b-4.5.6
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas. Me guía por el recto sendero,
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.
📖 Evangelio según San Mateo 20, 1-16a
1 “De la misma manera, el Reino de los Cielos es como el dueño de una plantación que se fue temprano en la mañana para contratar trabajadores para su viñedo. 2 Habiéndose puesto de acuerdo con ellos en el salario habitual de una moneda de plata por día, les ordenó ir a trabajar a su plantación. 3 A las nueve en punto de la mañana, volvió a salir y vio en la plaza a unos que estaban desocupados. 4 Les dijo a aquellos: ‘Vayan también ustedes a trabajar en mi campo de uvas, y les pagaré lo que sea justo’. 5 Ellos fueron. Al mediodía y a las tres de la tarde, el dueño de la plantación salió e hizo lo mismo con otros trabajadores. 6 Eran casi las cinco de la tarde cuando volvió a salir y encontró a otros que estaban desocupados y les preguntó: ‘¿Por qué han estado aquí todo el día sin hacer nada?’ 7 Ellos le respondieron: ‘¡Es porque nadie nos ha contratado!’ Luego les dijo: ‘Vayan también ustedes a trabajar en mi plantación’. 8 Al final del día, el dueño del viñedo ordenó a su administrador: ‘Llama a los trabajadores y págales su salario diario, comenzando por los últimos contratados hasta terminar con los primeros’.
9 Los obreros que comenzaron a trabajar a las cinco de la tarde recibieron una moneda de plata cada uno. 10 Por este motivo, los primeros que habían sido contratados pensaron que iban a obtener más; pero también recibieron una moneda de plata cada uno. 11 Al recibir la paga, comenzaron a murmurar contra el propietario, 12 diciendo: ‘Estos últimos que fueron contratados trabajaron solo una hora, y los has tratado como a nosotros que hemos trabajado todo el día bajo el sol abrasador’.
13 Entonces el propietario le dijo a uno de ellos: ‘¡Amigo! No soy injusto contigo. ¿No aceptaste trabajar todo el día por una moneda de plata? 14 Toma tu paga y vete, pero quiero darle a este último lo mismo que te di a ti. 15 ¿No tengo derecho a hacer lo que quiero con lo que es mío? ¿O tienes envidia solo porque fui bueno con el otro?’ 16 Así, los que son últimos serán primeros, y los primeros, últimos”.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR