Miércoles XI semana del Tiempo Ordinario
«Tu Padre que está en lo secreto»
📘 Primera Lectura: Segundo Libro de los Reyes 2, 1.6-14
Elías le dijo: «Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado al Jordán». Pero Eliseo respondió: «Juro por la vida del Señor y por tu propia vida que no te dejaré». Y se fueron los dos.
Cincuenta hombres de la comunidad de profetas fueron y se pararon enfrente, a una cierta distancia, mientras los dos estaban de pie a la orilla del Jordán.
Elías se quitó el manto, lo enrolló y golpeó las aguas. Estas se dividieron hacia uno y otro lado, y así pasaron los dos por el suelo seco.
Cuando cruzaban, Elías dijo a Eliseo: «Pide lo que quieres que haga por antes de que sea separado de tu lado». Eliseo respondió: «¡Ah, si pudiera recibir las dos terceras partes de tu espíritu!».
«¡No es nada fácil lo que pides!, dijo Elías; si me ves cuando yo sea separado de tu lado, lo obtendrás; de lo contrario, no será así».
Y mientras iban conversando por el camino, un carro de fuego, con caballos también de fuego, los separó a uno del otro, y Elías subió al cielo en el torbellino.
Al ver esto, Eliseo gritó: «¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Carro de Israel y su caballería!». Y cuando no lo vio más, tomó sus vestiduras y las rasgó en dos pedazos.
Luego recogió el manto que se le había caído a Elías de encima, se volvió y se detuvo al borde del Jordán.
Después, con el manto que se le había caído a Elías, golpeó las aguas, pero estas no se dividieron. Entonces dijo: «¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?». El golpeó otra vez las aguas; estas se dividieron hacia uno y otro lado, y Eliseo cruzó.
📗 Salmo: 31(30), 20.21.24
Tú la reservas para tus fieles;
y la brindas a los que se refugian en ti,
en la presencia de todos. Tú los ocultas al amparo de tu rostro
de las intrigas de los hombres;
y los escondes en tu Tienda de campaña,
lejos de las lenguas pendencieras. Amen al Señor, todos sus fieles,
porque él protege a los que son leales
y castiga con severidad a los soberbios.
📖 Evangelio según Mateo 6, 1-6.16-18
1 “Tengan cuidado de no hacer su justicia en público para ser vistos por otros. Si lo hacen, no recibirán ninguna recompensa de su Padre en los cielos.
2 Cuando des limosna, no digas lo que has hecho, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles. Hacen esto para ser felicitados por otros. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. 3 Pero cuando des limosna a alguien, que tu mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha, 4 de esta manera tu limosna estará en secreto, y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará la recompensa.
5 Cuando oren, no sean como los hipócritas que les gusta rezar de pie en las sinagogas y las esquinas de las calles para ser vistos por otros. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. 6 Pero cuando ores, ve a tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará la recompensa.
16 Cuando ayunen, no hagan una cara triste como lo hacen los hipócritas, porque lo hacen para que todos sepan que están ayunando. Ciertamente les digo que ya han recibido su recompensa. 17 Pero cuando tú ayunes, lávate la cara y peina tu cabello 18 para que otros no sepan que estás ayunando, sino solo tu Padre que está en lo secreto sabrá que estás ayunando, y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará la recompensa.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR