Lunes de la VII Semana de Pascua
Reflexión diaria de los Evangelios
Ven Espíritu Santo y llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén.
Evangelio según San Juan 16, 29-33
Los discípulos le dijeron a Jesús: «Por fin hablas claro y sin parábolas.
Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios».
Jesús les respondió: «¿Ahora creen?
Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo».
Palabra del Señor
¿Qué dice el texto?
Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo
¿Qué nos dice hoy a nosotros Dios a través de este texto?
El texto del Evangelio de hoy es muy elocuente, estamos en la última semana de Pascua, y hemos recorrido todos estos días los textos correspondientes a la última cena del Señor narrados por el Evangelista San Juan. Ha sido tal la riqueza que bien podríamos decir que nos anima especialmente en estas épocas difíciles que nos toca vivir.
Si tomamos como referencia esta última frase del Evangelio, las palabras que sobresalen son: PAZ, SUFRIMIENTO, VALENTÍA, VENCER. Esos cuatro elementos nos pueden hacer entender claramente lo que quiere decirnos el Señor.
Sobre la PAZ, es cierto que normalmente perdemos la paz por cualquier detalle. Es fácil hoy perder la paz. Pero nuestra pregunta es ¿Cuál es nuestra fuente de paz? Es decir, la paz es un proceso interior de seguridad en dónde se coloca nuestra paz (que es muy distinta de la tranquilidad o relax de unas vacaciones, por ejemplo). Tal vez si hiciéramos una búsqueda en la Biblia completa, la palabra paz es la más usada. El Shalom, que es una actitud interior. Vivir en Paz es saber dónde hemos depositado nuestras esperanzas y esas no se pueden perder. Si nuestra vida gira en torno a una cuenta bancaria o a unos ahorros que se van disminuyendo, evidentemente al disminuir los bienes materiales, se puede perder la paz.
Jesús nos dice que encontremos la paz en Él. No debemos buscarla en otro lugar, sino en nuestra cercanía con Jesús, y con una amistad con Él que va creciendo paulatinamente. Los amigos queremos hacer la voluntad del amigo de verdad. Y así, vamos encontrando esa paz perdida, porque estaba colocada en un lugar donde no podía haber una fuente de paz verdadera.
Si nuestra paz está en la relación con Jesús, todo lo demás, es decir, los sufrimientos de este mundo, son relativos porque los enfrentamos con valentía cristiana, sabiendo que nuestra esperanza nos lleva a vencer este mundo.
Te invito a que hoy respondas al Señor en este día diciendo varias veces:
¡TU PAZ NOS DEJAS, TU PAZ NOS DAS, NO TENGAS EN CUENTA NUESTROS MIEDOS, SABEMOS QUE TÚ VENCERÁS!
Esté es un esfuerzo conjunto entre la Fundación Ramón Pané y Zenit