Miércoles XXVII Semana del Tiempo Ordinario
«Señor, enséñanos a orar»
📘 Primera Lectura: Jonás 3, 10.4,1-11
Jonás se disgustó mucho y quedó muy enojado.
Entonces oró al Señor, diciendo: «¡Ah, Señor! ¿No ocurrió acaso lo que yo decía cuando aún estaba en mi país? Por eso traté de huir a Tarsis lo antes posible. Yo sabía que tú eres un Dios bondadoso y compasivo, lento para enojarte y de gran misericordia, y que te arrepientes del mal con que amenazas.
Ahora, Señor, quítame la vida, porque prefiero morir antes que seguir viviendo».
El Señor le respondió: «¿Te parece que tienes razón para enojarte?».
Jonás salió de Nínive y se sentó al este de la ciudad: allí levantó una choza y se sentó a la sombra de ella, para ver qué iba a suceder en la ciudad.
Entonces el Señor hizo crecer allí una planta de ricino, que se levantó por encima de Jonás para darle sombra y librarlo de su disgusto. Jonás se puso muy contento al ver esa planta.
Pero al amanecer del día siguiente, Dios hizo que un gusano picara el ricino y este se secó.
Cuando salió el sol, Dios hizo soplar un sofocante viento del este. El sol golpeó la cabeza de Jonás, y este se sintió desvanecer. Entonces se deseó la muerte, diciendo: «Prefiero morir antes que seguir viviendo».
Dios le dijo a Jonás: «¿Te parece que tienes razón de enojarte por ese ricino?». Y él respondió: «Sí, tengo razón para estar enojado hasta la muerte».
El Señor le replicó: «Tú te conmueves por ese ricino que no te ha costado ningún trabajo y que tú no has hecho crecer, que ha brotado en una noche y en una noche se secó,
y yo, ¿no me voy a conmover por Nínive, la gran ciudad, donde habitan más de ciento veinte mil seres humanos que no saben distinguir el bien del mal, y donde hay además una gran cantidad de animales?».
📗 Salmo 86(85), 3-4.5-6.9-10
porque te invoco todo el día;
reconforta el ánimo de tu servidor,
porque a ti, Señor, elevo mi alma. Tú, Señor, eres bueno e indulgente,
rico en misericordia con aquellos que te invocan:
¡atiende, Señor, a mi plegaria,
escucha la voz de mi súplica! Todas las naciones que has creado
vendrán a postrarse delante de ti,
y glorificarán tu Nombre, Señor,
porque tú eres grande, Dios mío,
y eres el único que hace maravillas.
📖 Evangelio según San Lucas 11, 1-4
1 Un día Jesús estaba orando en un lugar y cuando terminó de orar, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”.
2 Jesús le dijo: “Cuando oren, digan:
‘Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre; venga tu reino;
se haga tu voluntad como en el cielo así también en la tierra.
3 El pan nuestro de cada día dánoslo hoy,
4 y perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden. Y no nos lleves hacia la tentación”.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor