Miércoles II Semana del Tiempo Ordinario
«Extiende tu mano»
📖 Primera Lectura: Primer Libro de Samuel 17, 32-33.37.40-51
Pero Saúl respondió a David: «Tú no puedes batirte con ese filisteo, porque no eres más que un muchacho, y él es un hombre de guerra desde su juventud».
Y David añadió: «El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de ese filisteo». Entonces Saúl dijo a David: «Ve, y que el Señor esté contigo».
Luego tomó en la mano su bastón, eligió en el torrente cinco piedras bien lisas, las puso en su bolsa de pastor, en la mochila, y con la honda en la mano avanzó hacia el filisteo.
El filisteo se fue acercando poco a poco a David, precedido de su escudero.
Y al fijar sus ojos en David, el filisteo lo despreció, porque vio que era apenas un muchacho, de tez clara y de buena presencia.
Entonces dijo a David: «¿Soy yo un perro para que vengas a mí armado de palos?». Y maldijo a David invocando a sus dioses.
Luego le dijo: «Ven aquí, y daré tu carne a los pájaros del cielo y a los animales del campo».
David replicó al filisteo: «Tú avanzas contra mí armado de espada, lanza y jabalina, pero yo voy hacia ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de las huestes de Israel, a quien tú has desafiado.
Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; yo te derrotaré, te cortaré la cabeza, y daré tu cadáver y los cadáveres del ejército filisteo a los pájaros del cielo y a los animales del campo. Así toda la tierra sabrá que hay un Dios para Israel.
Y toda esta asamblea reconocerá que el Señor da la victoria sin espada ni lanza. Porque esta es una guerra del Señor, y él los entregará en nuestras manos».
Cuando el filisteo se puso en movimiento y se acercó cada vez más para enfrentar a David, este enfiló velozmente en dirección al filisteo.
En seguida metió la mano en su bolsa, sacó de ella una piedra y la arrojó con la honda, hiriendo al filisteo en la frente. La piedra se le clavó en la frente, y él cayó de bruces contra el suelo.
Así venció David al filisteo con la honda y una piedra; le asestó un golpe mortal, sin tener una espada en su mano.
David fue corriendo y se paró junto al filisteo; le agarró la espada, se la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza. Al ver que su héroe estaba muerto, los filisteos huyeron.
📖 Salmo: 144(143), 1.2.9-10
el que adiestra mis brazos para el combate
y mis manos para la lucha. El es mi bienhechor y mi fortaleza,
mi baluarte y mi libertador;
él es el escudo con que me resguardo,
y el que somete los pueblos a mis pies. Dios mío, yo quiero cantarte un canto nuevo
y tocar para ti con el arpa de diez cuerdas,
porque tú das la victoria a los reyes
y libras a David, tu servidor.
📖 Evangelio según Marcos 3,1-6
1 Jesús entró de nuevo a la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. 2 También había en la sinagoga algunas personas que vigilaban a Jesús de cerca para ver si curaba a alguien en el día de reposo (sábado) y acusarlo. 3 Entonces Jesús le dijo al hombre que tenía la mano paralizada: “Ven aquí al medio”. 4 Y les dijo a ellos: “¿Qué está permitido en sábado? ¿Hacer lo bueno o lo malo? ¿Salvar a alguien de la muerte o dejarlo morir? Pero ellos no contestaron. 5 Entonces Jesús, mirándolos enojado y con tristeza por su terquedad, le dice al hombre: “extiende tu mano”. El hombre extendió la mano y fue curada. 6 Luego los fariseos se fueron, y junto con la gente del grupo de Herodes comenzaron a hacer planes para matar a Jesús.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor