Jueves II Semana del Tiempo Ordinario
“Lo seguía una gran multitud”
📖 Primera Lectura: Hebreos 7, 23–8, 6
Hermanos: Durante la antigua alianza hubo muchos sacerdotes, porque la muerte les impedía permanecer en su oficio. En cambio, Jesucristo tiene un sacerdocio eterno, porque él permanece para siempre. De ahí que sea capaz de salvar, para siempre, a los que por su medio se acercan a Dios, ya que vive eternamente para interceder por nosotros.
Ciertamente que un sumo sacerdote como éste era el que nos convenía: santo, inocente, inmaculado, separado de los pecadores y elevado por encima de los cielos; que no necesita, como los demás sacerdotes, ofrecer diariamente víctimas, primero por sus pecados y después por los del pueblo, porque esto lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque los sacerdotes constituidos por la ley eran hombres llenos de fragilidades; pero el sacerdote constituido por las palabras del juramento posterior a la ley, es el Hijo eternamente perfecto.
Ahora bien, lo más importante de lo que estamos diciendo es que tenemos en Jesús a un sumo sacerdote tan excelente, que está sentado a la derecha del trono de Dios en el cielo, como ministro del santuario y del verdadero tabernáculo, levantado por el Señor y no por los hombres.
Todo sumo sacerdote es nombrado para que ofrezca dones y sacrificios; por eso era también indispensable que él tuviera algo que ofrecer. Si él se hubiera quedado en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo ya quienes ofrecieran los dones prescritos por la ley. Pero éstos son ministros de un culto que es figura y sombra del culto celestial, según lo reveló Dios a Moisés, cuando le mandó que construyera el tabernáculo: Mira, le dijo, lo harás todo según el modelo que te mostré en el monte. En cambio, el ministerio de Cristo es tanto más excelente, cuanto que él es el mediador de una mejor alianza, fundada en mejores promesas.
📖 Salmo: 39, 7-8a. 8b-9. 10. 17 56
Sacrificios y ofrendas no quisiste,
abriste, en cambio, mis oídos a tu voz.
No exigiste holocaustos por la culpa,
así que dije: “Aquí estoy “.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad.;
esto es Señor, lo que deseo
tu ley en medio de mi corazón.
He anunciado tu justicia
en la gran asamblea;
no he cerrado mis labios:
tú lo sabes, Señor.
Que se gocen en ti y que se alegren
Todos los que te buscan.
Cuantos quieren de ti la salvación
repiten sin cesar: “¡Qué grande es Dios!”
📖 Evangelio según San Marcos 3,7-12
7 Luego Jesús con sus discípulos se fue al lago de Galilea, lo seguía una gran multitud que venía de Galilea, Judea, 8 Jerusalén, Idumea y del lado este del río Jordán, al igual que de la región de Tiro y Sidón, ya que todos acudían a Él después de escuchar las cosas grandiosas que hacía. 9 Jesús dijo a sus discípulos que le arreglaran una barca para que la multitud no lo aplastara, 10 porque curaba a muchos, de manera que todos los que tenían una enfermedad se agrupaban a su alrededor para tocarlo. 11 Y los espíritus malignos cuando lo veían se postraban delante de Él y gritaban: “¡Tú eres el Hijo de Dios!” 12 Pero Él les prohibía terminantemente que revelaran quién era.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor