Miércoles I Semana de Adviento
“Fueron colocadas a sus pies; y Él sanó a todos“
📘 Primera Lectura: Libro de Isaías 25,6-10a.
En aquel día:
El Señor de los ejércitos
ofrecerá a todos los pueblos sobre esta montaña
un banquete de manjares suculentos,
un banquete de vinos añejados,
de manjares suculentos, medulosos,
de vinos añejados, decantados.
El arrancará sobre esta montaña
el velo que cubre a todos los pueblos,
el paño tendido sobre todas las naciones.
Destruirá la Muerte para siempre;
el Señor enjugará las lágrimas
de todos los rostros,
y borrará sobre toda la tierra el oprobio de su pueblo,
porque lo ha dicho él, el Señor.
Y se dirá en aquel día:
“Ahí está nuestro Dios,
de quien esperábamos la salvación:
es el Señor, en quien nosotros esperábamos;
¡alegrémonos y regocijémonos de su salvación!”.
Porque la mano del Señor se posará sobre esta montaña.
📗 Salmo 23(22),1-3a.3b-4.5.6.
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas.
Me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.
📖 Evangelio según San Mateo 15, 29-37
29 Jesús salió de allí y fue al lago de Galilea. Luego subió una colina y se sentó allí, 30 mientras grandes multitudes vinieron a Él, trayendo cojos, ciegos, mudos, lisiados y muchas otras personas enfermas, que fueron colocadas a sus pies; y Él sanó a todos. 31 La gente se sorprendía al ver que los mudos hablaban, los lisiados estaban sanados, los cojos caminaban y los ciegos veían, y todos alababan al Dios de Israel.
32 Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me compadezco de estas personas porque han estado conmigo durante tres días y no tienen nada para comer. No quiero despedirlos con hambre, ya que se pueden desmayar por el camino”.
33 Los discípulos le dijeron: “¿Cómo vamos a encontrar, en este lugar desierto, comida suficiente para dar de comer a toda esta gente?”
34 Preguntó Jesús: “¿Cuántos panes tienen?” Ellos respondieron: “¡Siete panes y algunos pescados!”
35 Entonces Jesús le dijo a la gente que se sentaran en el suelo. 36 Luego tomó los siete panes y los pescados, dio gracias a Dios, los rompió y se los dio a los discípulos, quienes los distribuyeron a la gente. 37 Todos comieron y quedaron satisfechos. Los discípulos entonces llenaron siete canastas con los pedazos sobrantes. 38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar mujeres y niños.
39 Jesús después de despedir a la gente, subió a la barca y fue a la región de Magadán.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
Palabra del Señor