Sábado I Semana de Adviento
“Lo que han recibido sin pagar, lo deben dar sin pagar“
📘 Primera Lectura: Libro de Isaías 30,19-21.23-36.
Así habla el Señor:
Sí, pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no tendrás que llorar: él se apiadará de ti al oír tu clamor; apenas te escuche, te responderá.
Cuando el Señor les haya dado el pan de la angustia y el agua de la aflicción, aquel que te instruye no se ocultará más, sino que verás a tu maestro con tus propios ojos.
Tus oídos escucharán detrás de ti una palabra: “Este es el camino, síganlo, aunque se hayan desviado a la derecha o a la izquierda”.
El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en el suelo, y el pan que produzca el terreno será rico y sustancioso. Aquel día, tu ganado pacerá en extensas praderas.
Los bueyes y los asnos que trabajen el suelo comerán forraje bien sazonado, aventado con el bieldo y la horquilla.
En todo monte elevado y en toda colina alta, habrá arroyos y corrientes de agua, el día de la gran masacre, cuando se derrumben las torres.
Entonces, la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces más intensa -como la luz de siete días- el día en que el Señor vende la herida de su pueblo y sane las llagas de los golpes que le infligió.
¡Miren que el nombre del Señor viene de lejos! Arde su ira y es densa la humareda; sus labios desbordan de indignación y su lengua es como fuego devorador.
Su aliento es como un torrente desbordado, que sube hasta el cuello, para zarandear a las naciones con la criba destructora y poner el freno del extravío en las quijadas de los pueblos.
Entonces, ustedes cantarán como en la noche sagrada de la fiesta, y habrá alegría en los corazones, como cuando se avanza al son de la flauta para ir a la montaña del Señor, hacia la Roca de Israel.
El Señor hará oír su voz majestuosa y mostrará su brazo que se descarga en el ardor de su ira, en la llama de un fuego devorador, en el huracán, la tormenta y el granizo.
Asiria temblará ante la voz del Señor, que golpeará con el bastón;
y cada vez que pase la vara vengadora que el Señor descargará contra ella, irá acompañada de tamboriles y cítaras, en los combates que el Señor entablará con ella, blandiendo su brazo.
Porque la hoguera está preparada hace tiempo, está dispuesta también para el rey: se ha hecho una pira profunda y ancha, con fuego y leña en abundancia, y el soplo del Señor la encenderá como un torrente de azufre.
📗 Salmo 147(146),1-6.
¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios,
qué agradable y merecida es su alabanza!
El Señor reconstruye a Jerusalén
y congrega a los dispersos de Israel.
Sana a los que están afligidos
y les venda las heridas.
Él cuenta el número de las estrellas
y llama a cada una por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su inteligencia no tiene medida.
El Señor eleva a los oprimidos
y humilla a los malvados hasta el polvo.
📖Evangelio según San Mateo 9, 35-38.10,1.5a.6-8
35 Jesús visitaba todas las ciudades y pueblos, enseñando en sus sinagogas, predicando la buena noticia del Reino y curando todo tipo de enfermedad y toda debilidad. 36 Cuando Jesús vio a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban afligidas y abandonadas como ovejas que no tienen un pastor.
37 Entonces dijo a los discípulos: “La cosecha es muy grande, pero los trabajadores son pocos; 38 por eso, pídanle al dueño de la plantación que envíe trabajadores a su cosecha”.
1 Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio la autoridad para expulsar espíritus malignos y sanar todas las dolencias y enfermedades graves.
6 Por el contrario, busquen las ovejas perdidas del pueblo de Israel. 7 Vayan y anuncien esto: ‘El Reino de los Cielos está cerca’. 8 Curen a los enfermos, limpien a los leprosos, resuciten a los muertos y expulsen a los demonios. Lo que han recibido sin pagar, lo deben dar sin pagar.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor