«Toda persona que es de la verdad, escucha mi voz»
Hno Ricardo Grzona, frp
PRIMERA LECTURA: Daniel 7, 13-14
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 93 (92),1ab.1c-2.5
SEGUNDA LECTURA: Apocalipsis 1, 5-8
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén
TEXTO BÍBLICO: Juan 18, 33-37
33 Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?”
34 Jesús le respondió: ¿Estás diciendo esto por ti mismo, o te lo han dicho otras personas de mí?”
35 Pilato dijo: “¿Soy yo judío por casualidad? Tu propia gente y los principales sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?”
36 Jesús respondió: “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis seguidores lucharían para que Yo no fuera entregado a los líderes judíos. Pero mi Reino no es de este mundo”
37 Le preguntó Pilato: “¿Entonces tú eres el rey?”
Jesús le respondió: “¡Tú estás diciendo que yo soy el rey! Para esto Yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Toda persona que es de la verdad, escucha mi voz”.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio Bíblico.
La Iglesia en este último día del año litúrgico presenta a Cristo Rey del Universo.
Al terminar el año litúrgico, es lógico reconocer al Jesús, como el Cristo, el Señor, el dueño del tiempo, de la historia y del cosmos. Puesto que el año litúrgico es una forma pedagógica que gira en torno a Cristo. Tal vez en muchos países que tienen otros estilos de gobierno no es tan fácil entender a un Rey. Mas sin embargo, de vital importancia que entendamos el poder absoluto de Cristo, en el cual gira todo lo demás.
Esta escena, muy conocida pues siempre se recuerda en el Viernes Santo, el diálogo entre Pilato y Jesús, nos muestra cuál es la manera en que Cristo es rey. Curiosamente Pilato le pregunta si es el rey de los judíos, a lo que Jesús le responde con otra pregunta ¿Eso lo preguntas por tu cuenta o porque otros te lo han dicho de mí? Es decir, que Pilato no sabía bien sobre el tema. Jesús le asegura que su reino no es de este mundo en dos oportunidades, y la respuesta clara del Señor es: “Tú lo dices, yo soy rey, para eso he nacido, para eso he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad”.
Pilato dice claramente que “tu nación y los sumos sacerdotes te han entregado a mí”. Pero es aquí donde Jesús aclara la naturaleza de su reino. Jesús se opone a este mundo, donde el príncipe de este mundo, el mentiroso desde el principio, el enemigo de Dios es quien gobierna las mentes y corazones. Contra el reino de la verdad. Por eso aclara que su reino no es de este mundo, sino que pertenece a la verdad.
Esto cambia totalmente el sentido de Reino. Jesús es la puerta del Reino de Dios, de la verdad. Él es quien nos abre camino al Padre, Él es el origen de la vida y es camino, verdad y vida. El único que nos lleva a la verdad sobre Dios, sobre el mundo y sobre nosotros mismos.
Y la frase final: “Quien está de parte de la verdad escucha mi voz” es una gran invitación para escuchar al maestro. Recordando que escuchar significa no sólo oír, sino prestar atención, entendimiento y voluntad de seguir al maestro.
- ¿Cómo comienza el texto?
- ¿Quién es el personaje que dialoga con Jesús?
- ¿Qué cargo tiene?
- ¿Cuál es la idea central sobre la que giran las preguntas?
- ¿Qué significa el reino de Dios?
- ¿Cómo termina este texto?
2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
El texto sagrado no es sólo para leerlo, sino para dejarse leer por Dios que nos habla a cada uno a través del texto.
Amigo, debemos preguntarnos sinceramente cómo este texto está dirigido directamente a nosotros. Hoy vivimos un mundo donde hay muchas confusiones y muchos hablan de Jesús. Algunos dicen cosas muy distintas de lo que está escrito en el Evangelio. Nosotros queremos conocer a Jesús y lo que Él nos dice a nosotros.
- ¿Reconozco a Jesús como “mi Rey”? ¿Qué implicaciones tiene que Él sea “mi Rey?
- Cuándo nosotros hablamos de Jesús, ¿Es porque lo hemos experimentado personalmente… o porque otros nos lo han contado? No aceleres tu respuesta, porque en muchas ocasiones damos una respuesta mecánica sobre Jesús y aquí es que buscamos un diálogo con Él.
- ¿Qué tipo de Reino te gustaría que ejerciera Jesús? ¿Un Reino impositivo, donde Él con todo el poder sea prepotente, que mande sus legiones de ángeles sobre los enemigos y amenace con un gran poderío? ¿cuántas veces hemos caído en estas tentaciones? ¿Cuántos enemigos públicos de la fe cristiana hay y que quisiéramos combatirlos? ¿Será esto el Reino que nos ofrece el Señor?
- ¿Nos gusta la fe de las apariencias? ¿Nos gusta vernos en número grande por las calles? ¿será esto el reinado que Jesús quiere?
- Muchos dicen “Que viva Cristo Rey” y está muy bien ¿pero qué hay detrás de esa afirmación?
- Hasta qué punto me identifico con la Verdad con mayúscula. ¿O sólo busco “mi verdad”, lo que yo sé, lo que yo creo, lo que aprendí y no quiero moverme de mis zonas de confort espiritual y de conocimientos?
- Este texto tan importante ¿qué te lleva a pensar? ¿Cuál sería tu conclusión personal.
3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?
Orar, es responder al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.
Señor Gracias por este diálogo tan importante. Estoy comprendiendo cada vez más cuál es tu Reino, al que quiero pertenecer.
Señor Jesús, el Cristo, yo quiero proclamarte como mi Rey, como mi Señor. Que no lo diga de boca hacia fuera, cuando luego quiero vivir en este mundo, con las cosas de este mundo, donde el príncipe del mundo me tienta.
Que comprenda, Señor que cuando diga con fuerza ¡Viva Cristo Rey!, esté también dirigiéndome al entendimiento de tu reino de verdad.
Señor, cuánto me cuesta entender la verdad. Confieso que me gustaría que tú vinieras a acabar con aquellos que no piensan como yo cristianamente. Pero descubro que esto es un grave error.
Señor, que busque siempre la verdad. Señor que busque siempre escuchar tu voz, y que sea tu discípulo en todo, no en mis caprichos, sino en lo que hacemos para vivir de verdad.
Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor.
Añadimos nuestras intenciones de oración y decimos:
Amén.
4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
Repetimos varias veces esta frase del Evangelio para que vaya entrando a nuestro corazón:
«Toda persona que es de la verdad, escucha mi voz»
(Versículo 37)
Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.
5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, te propongo revisar todas las veces que quisieras que Jesús fuera un rey con poder en este mundo, acabando con los que denominamos malos según nuestros criterios. Y volver a releer este texto, buscando un cambio. Puedes hacer un servicio humilde, que haga para ti notar que estás ayudando a los demás.
En el grupo, pueden hablar con tus compañeros de lo que muchos hablan de la imagen de Cristo Rey. Y releyendo el pasaje bíblico de hoy, mostrar cuál es el estilo del Reino. Cuál es la forma en la que Jesús se manifiesta como Rey. Pueden hacer una cartelera para poner visible sobre lo que Jesús aclara sobre su Reino y sobre el seguimiento de la verdad.