Viernes X de la Semana del Tiempo Ordinario
Reflexión de los Evangelios diarios
Invocamos al Espíritu Santo
“Espíritu Santo, ahora que vamos a leer la Palabra de Dios te pedimos que vengas acompañarnos, nos ayudes a entender mejor el mensaje, y llevarlo a la práctica. Amén”
Evangelio según San Mateo 5, 27-32
Han escuchado que se dijo: “No cometas adulterio” (Éxodo 20:14). Pero yo les digo que quien mira a una mujer con deseo de poseerla ya ha cometido adulterio en su corazón. Entonces, si tu ojo derecho te hace pecar, sácalo y tíralo, porque es mejor perder una parte de tu cuerpo que ser arrojado al infierno. Si tu mano derecha te hace pecar, córtala y tírala, porque es mejor perder una parte de tu cuerpo y no que todo el cuerpo vaya al infierno.
Palabra del Señor
¿Qué dice el texto?
Han escuchado que se dijo: “No cometas adulterio”.
¿Qué nos dice Dios el día de hoy a nosotros a través de este texto?
También se dijo: “‘El que repudia a su esposa, le dará un documento de divorcio’. Pero yo les digo que todo hombre que se divorcie de su esposa, excepto en el caso de adulterio, será culpable de hacerla adúltera si se vuelve a casar, y el hombre que se casa con ella también cometerá adulterio”.
Hoy en día hablar públicamente del tema del adulterio, parece algo del pasado, con aquellos que invocaban este mandamiento como el más terrible de todos y por consiguiente se rayaba cerca de lo imperdonable. La sociedad fue cambiando y lentamente fue poniendo los mandamientos de la ley de Dios en una tabla subordinada a las nuevas situaciones que nos presentan un relativismo sobre todas estas cosas. El relativismo es una opresión y también una dictadura. Existe una verdad objetiva y nosotros no podemos cambiarla. Lo que está bien, está bien y lo que está mal, aunque lo haga una persona aparentemente buena, estará mal.
Pareciera que nuestra sociedad premia a los que se comportan contrariamente a la Ley de Dios, y que los más “libertinos” siempre tienen mejores puestos en el gobierno, y si se declaran contrarios reciben mejores beneficios. Sin importar de dónde vengan esos beneficios, el bien siempre será objetivo, y con una mirada de fe, es absoluto. No podemos confundirnos en temas tan básicos. Es cierto que los medios de comunicación incitan a que la familia es un momento pasajero, y que se debe tomar más a la ligera. Pero la Ley de Dios nos invita a revisar la familia, la confianza, el respeto, la fidelidad, como valores muy superiores que debemos observar para ser felices, y sobre todo, para hacer felices a los que nos rodean. Podrás ver con facilidad que los hijos más jóvenes de familias disfuncionales son los que sufren más por no tener la seguridad de su familia íntegra que los sostenga.
Aún cuando en el día de hoy sea muy difícil, debido al bombardeo directo sobre los valores de la familia, debemos mantener el gran bastión de la familia como lo más sagrado que nos permite Dios de ser santuario de la vida y la protección de todos sus miembros. Sobre todo, en un mundo que ha desvalorizado la identidad familiar, nosotros los cristianos debemos dar testimonio de la verdad. Tengamos esperanza en este tiempo, en que el Señor nos invita a vivir de verdad.
Te invito a que repitas varias veces el día de hoy un versículo del Salmo 89:
‘Tú eres mi padre, mi Dios, el refugio que me salva’.
Esté es un esfuerzo conjunto entre la Fundación Ramón Pané y Zenit