Lunes de la X Semana del Tiempo Ordinario
Reflexión de los Evangelios diarios
Invocamos al Espíritu Santo
Hoy te pido Espíritu Santo que vengas y llenes de alegría y paz mi corazón y des la sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén
Evangelio según San Mateo 5, 1-12
Cuando Jesús vio a las multitudes, subió una montaña y se sentó. Sus discípulos se acercaron a Él, y abriendo sus labios comenzó a enseñarles:
“Felices los que son pobres en espíritu, porque el reino de los cielos es de ellos.
Felices los que lloran, porque Dios los consolará.
Felices los humildes, porque heredarán la tierra.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán satisfechos.
Felices los que tienen misericordia, porque Dios tendrá misericordia de ellos.
Felices los que tienen un corazón puro, porque ellos verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que sufren persecución por causa de la justicia, porque el reino de los cielos es de ellos.
Felices serán cuando los insulten, los persigan y digan toda clase de mentiras contra ustedes por causa mía.
Alégrense y pónganse contentos, ya que su recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas antes de ustedes”.
Palabra del Señor
¿Qué dice el texto?
Alégrense y pónganse contentos, ya que su recompensa en los cielos es grande.
¿Qué nos dice a nosotros hoy Dios a través de este texto?
La humanidad ha buscado desde sus inicios saciar sus más importantes necesidades. Y estas han ido ampliándose con el tiempo. Desde los refugios y la alimentación, hasta los desplazamientos y la dieta balanceada. Pero en el fondo, siempre hubo un deseo más allá de las necesidades materiales. Y ese deseo fue la búsqueda de la felicidad.
Para nosotros los creyentes, Dios nos hizo a su imagen y semejanza con la misión de encontrar la felicidad, de ser felices a plenitud. Y esta actitud está en el fondo de nuestro ser, como una brújula que nos va guiando. Aunque es verdad que parece que esta brújula puede verse afectada con mucha facilidad. Es como si un imán cambiara la dirección del norte con rapidez. Así, si estamos distraídos, podemos dejarnos llevar por otras dimensiones a una felicidad ficticia, que inmediatamente perdida la causa de la felicidad, también nos afecta. Es curioso que hoy nos muestran en muchas series que vemos por diversos canales o servicios en tv o pantallas, que la felicidad está en casarse con una persona con muchos bienes económicos y que nos resuelva la vida a los demás…
¿Dónde has puesto tú, tu propia felicidad? Es una pregunta que puede ser importante a la hora de reflexionar sobre nuestro rumbo. Jesús es muy claro, Él nos habla claramente de quién es feliz, y cómo obtener esa felicidad, que no se pierde. San Mateo nos recuerda en su Evangelio estas nueve propuestas. ¿Con cuál te sientes más identificado y con cuál menos identificado? ¿Habrá forma en que tú podrías hacer como nos dicen hoy los aparatos de GPS que nos guían para encontrar una ruta y “redireccionar”? Ten la certeza que Jesús mismo quiere que tú seas feliz, y si no estás cien por ciento feliz, es que debes mirar tu dirección. Ánimo, ten esperanza que el Señor te invita a ser feliz.
Para recordarnos a nosotros mismos este mensaje tan importante, te invito a que repitas varias veces durante el día una frase del Salmo 1:
“Feliz quien siempre medita en la ley de Dios”
Esté es un esfuerzo conjunto entre la Fundación Ramón Pané y Zenit