Jueves XXVIII Semana del Tiempo Ordinario
«Ustedes mismos ni entran, ni dejan entrar a otros»
📘 Primera Lectura: Romanos 3,21-30a
la justicia de Dios, por la fe en Jesucristo, para todos los que creen. Porque no hay ninguna distinción:
todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,
pero son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud de la redención cumplida en Cristo Jesús.
El fue puesto por Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, gracias a la fe. De esa manera, Dios ha querido mostrar su justicia:
en el tiempo de la paciencia divina, pasando por alto los pecados cometidos anteriormente, y en el tiempo presente, siendo justo y justificado a los que creen en Jesús.
¿Qué derecho hay entonces para gloriarse? Ninguna. Pero, ¿en virtud de qué ley se excluye ese derecho? ¿Por la ley de las obras? No, sino por la ley de la fe.
Porque nosotros estimamos que el hombre es justificando por la fe, sin las obras de la Ley.
¿Acaso Dios es solamente el Dios de los judíos? ¿No lo es también de los paganos? Evidentemente que sí,
porque no hay más que un solo Dios, que justifica por medio de la fe tanto a los judíos circuncidados como a los paganos incircuncisos.
📗 Salmo 130(129), 1-2.3-4ab.5-6ab
¡Señor, oye mi voz!
Estén tus oídos atentos
al clamor de mi plegaria. Si tienes en cuenta las culpas, Señor,
¿quién podrá subsistir?
Pero en ti se encuentra el perdón,
para que seas temido. Mi alma espera en el Señor,
y yo confío en su palabra.
Mi alma espera en el Señor,
más que el centinela la aurora.
📖 Evangelio según San Lucas 11, 47-54
47 “¡Ay de ustedes! porque hacen tumbas hermosas para los profetas, los mismos profetas que mataron sus antepasados. 48 Con esto son testigos y están de acuerdo con lo que hicieron sus antepasados, porque en verdad ellos mataron a los profetas, pero ustedes les construyen las tumbas. 49 Por tanto, la Sabiduría de Dios dijo: ‘Les enviaré profetas y apóstoles, y matarán a unos y a otros perseguirán’. 50 Debido a esto, de esta generación se pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la creación del mundo, 51 comenzando con la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, quien fue asesinado entre el altar y el Lugar Santo, el Santuario. Sí, les digo que la sangre de ellos será causa de condenación para esta generación”.
52 “¡Ay de ustedes, maestros de la Ley! porque guardan la llave que abre la puerta del conocimiento, pero ustedes mismos ni entran, ni dejan entrar a otros”.
53 Saliendo de allí Jesús, los maestros de la Ley y los fariseos comenzaron a presionarlo hostilmente y a interrogarlo cuidadosamente sobre muchas cosas, 54 tendiéndole trampas contra Él para atraparlo en algo que saliera de sus boca.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor