Lunes XIV Semana del Tiempo Ordinario
«Tu fe te ha salvado»
📘 Primera Lectura: Génesis 28, 10-22a
De pronto llegó a un lugar, y se detuvo en él para pasar la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso como almohada y se acostó allí.
Entonces tuvo un sueño: vio una escalinata que estaba apoyada sobre la tierra, y cuyo extremo superior tocaba el cielo. Por ella subían y bajaban ángeles de Dios.
Y el Señor, de pie junto a él, le decía: «Yo soy el señor, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra donde estás acostado.
Tu descendencia será numerosa como el polvo de la tierra; te extenderás hacia el este y el oeste, el norte y el sur; y por ti y tu descendencia, se bendecirán todas las familias de la tierra.
Yo estoy contigo: te protegeré dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. No te abandonaré hasta haber cumplido todo lo que te prometo».
Jacob se despertó de su sueño y exclamó» «¡Verdaderamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía!».
Y lleno de temor, añadió: «¡Qué temible es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo».
A la madrugada del día siguiente, Jacob tomó la piedra que le había servido de almohada, la erigió como piedra conmemorativa, y derramó aceite sobre ella.
Y a ese lugar, que antes se llamaba luz, lo llamó Betel, que significa «Casa de Dios».
Luego Jacob hizo este voto: «Si Dios me acompaña y me protege durante el viaje que estoy realizando, si me da pan para comer y ropa para vestirme,
y si puedo regresar sano y salvo a la casa de mi padre, el Señor será mi Dios.
Y esta piedra conmemorativa que acabo de erigir, será la casa de Dios. Además, le pagaré el diezmo de todo lo que me dé».
📗 Salmo 91(90), 1-2.3-4.14-15ab
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío».
Él te librará de la red del cazador
y de la peste perniciosa;
te cubrirá con sus plumas,
y hallarás un refugio bajo sus alas.
“Él se entregó a mí,
por eso, yo lo glorificaré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.
Estaré con él en el peligro
📖 Evangelio según San Mateo 9, 18-26
18 Mientras Jesús hablaba con la gente, un líder religioso se le acercó, se arrodilló y le dijo: “¡Mi hija murió en este momento! Ven y pon tus manos sobre ella para que pueda vivir de nuevo”. 19 Entonces Jesús, levantándose, fue con él, y también sus discípulos.
20 Y sucedió que una mujer que había estado sangrando durante doce años se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto, 21 porque ella se decía a sí misma: “Si solo toco su ropa, seré curada”.
22 Jesús, girándose y viendo a la mujer, le dijo: “¡Ánimo, hija! Tu fe te ha salvado”; y la mujer fue sanada en esa hora.
23 Luego Jesús llegó a la casa del jefe religioso y cuando vio a los que tocaban música funeraria y a la multitud que hacía bullicio, 24 les dijo: “¡Salgan de aquí! La niña no ha muerto, está durmiendo”. Entonces comenzaron a burlarse de Él. 25 Tan pronto como salió la multitud, Jesús entró en la habitación donde estaba la niña, la tomó de la mano y ella se levantó. 26 Esta noticia se extendió por toda la región.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
😇Palabra del Señor